miércoles, 18 de abril de 2012

52. PERCIER Y FONTAINE



La mayor parte de los “Tratados” “Manuales” “Diccionarios” o “Teorías” recogidos en el libro de Hanno-Walter Kruft del que hablábamos hace dos lecciones, son libros de “arquitectura” y no de “diseño de interiores” o “decoración”, que es como se denominan nuestros estudios o nuestra profesión. Pero la escisión entre la arquitectura y la decoración no es consustancial a ambas disciplinas sino que es algo que se fue produciendo a lo largo del sigo XIX y que acabó, como sabemos, en el rechazo y condena de la modernidad a la decoración (Loos, Le Corbusier, etc.).

Resulta por ello interesante o significativo recordar un viejo “libro” o “tratado” publicado a comienzos del siglo XIX (1801), más centrado en la decoración que en la arquitectura: el “Recueil de Decorations Interieurs” de Charles PERCIER y Pierre Françoise Leonard FONTAINE, dos arquitectos franceses que dibujaron y diseñaron múltiples objetos de procedencia o inspiración romana durante los años de formación que pasaron allí. Aquí sus retratos:



y aquí la portada de su libro y de una de sus láminas interiores:



Los cambios políticos y estructurales habidos tras la revolución francesa de 1789, parecían reclamar igualmente una nueva forma de hacer las cosas, y el libro de Percier y Fontaine contribuyó no poco a su creación. Los descubrimiento de Pompeya, las campañas de Napoleón en Egipto y la rapiña arqueológica que se hizo para llenar el Louvre de sus antigüedades, o los cambios en la vestimenta y las formas simples de pintores como Jacques Louis DAVID dieron lugar a un nuevo “estilo” más cercano a la “moda” y la “decoración” que a la propia construcción, y que en historia se estudia como “estilo Directorio” y “estilo Imperio”, en relación con esas dos épocas políticas posteriores a la revolución.

No es intención de que estas pequeñas lecciones de teoría se conviertan en lecciones de historia ni de exponer con mayor o menor acierto el repertorio de “tics” que conforman un “estilo” o una “moda”, pero valga esta pintura de David como muestra significativa del gusto o  estilo “imperio”.