miércoles, 18 de febrero de 2015

121. CONOCER VALENCIA





Aquí tenéis Valencia, una ciudad, una gran ciudad, con una larguísima historia. Y con un mapa. Lo primero que hay que hacer para conocer una ciudad es mirar el mapa (o modernamente, la foto aérea) y buscar el núcleo originario y el río. Suele ser fácil: la zona más abigarrada y una larga línea que hace eses. Poned nombre al río: el Turia.




Enseguida os habréis dado cuenta de que hay como “otro río”, pero a poco que os fijéis tiene un aspecto más geométrico o artificial. No es un río, es una desviación, un cauce nuevo. En octubre de 1957 el Turia provocó unas inundaciones terribles. Murieron más de doscientas personas y los daños fueron tremendos:





Este es el mapa de la Valencia de entonces con la zona afectada por la inundación: todo lo que está dentro de las dos líneas negras:



Para evitar otra catástrofe similar se construyó ese enorme canal que va por el sur de la ciudad:


En este mapa ha aparecido ahora otro punto importante para nosotros, el lugar de nuestro albergue en estos días, justo entre la ciudad vieja y el antiguo y ya seco cauce del Turia.



Vamos a explorar un poco el casco antiguo porque es bastante grande. Ahí lo tenéis con los nombres de sus “barrios”. Dentro del casco hay una zona mucho más vieja, tan vieja que es la que fundaron los romanos hace dos mil años:



Las ciudades romanas se fundaban trazando una cruz de dos calles centrales: el cardo, que va de norte a sur y el decumanus, de este a oeste: ahí los tenéis. Son las calles más venerables de la ciudad (aunque con dos mil años de historia la ciudad se haya olvidado de ellas):


En esta foto vemos que el antiguo cauce del Turia ha sido convertido en una gran zona verde. En los años setenta hubo un concurso para urbanizar el cauce y el arquitecto Ricardo Bofill hizo una serie de diseños sobre el “jardín mediterráneo” que fueron llevados a cabo sólo en parte.

La ciudad medieval fue creciendo alrededor de la romana y si os dais cuenta, los dos espacios más importantes del casco viejo están en la prolongación del cardo hacia el sur: la plaza de la catedral y la plaza del Ayuntamiento. Para haceros una idea de lo que os vais a encontrar ahora, el barrio del El Carmen, es el de más vida de bares y restaurantes, y donde pone Valencia está la zona más comercial de tiendas, El Corte Inglés, Zara, los Bancos etc. sobre la calle Colón. 


Pero seguramente ya os estaréis preguntando: ¿y dónde está el mar? ¿no está Valencia al lado del mar? Pues sí pero también debéis saber que una gran parte de las ciudades antiguas fundadas junto al Mediterráneo se construyeron siempre a cierta distancia del mar para que sus habitantes tuvieran tiempo de organizarse y prepararse para los eventuales ataques que podrían venir por barcos.

Junto a la desembocadura del Turia está lógicamente el viejo puerto de Valencia, y al norte de ese puerto la gran playa de Valencia, la Malvarrosa.



La calle que conecta Valencia con el puerto es la muy ancha y transitada Avenida del Puerto, que es esa calle marcada con puntitos que acaba en el puerto.

Por encima de ella hay dos zonas marcadas en amarillo: la pequeña son los Jardines del Real donde estuvo la antigua almunia o álcazaba taifa, luego Palacio Real, luego viveros, luego jardín botánico, jardines públicos, parque etc; el rectángulo grande de la derecha es el popular barrio de El Cabañal donde vivían pescadores y trabajadores del puerto. Entre ambos lugares se creó en el siglo XX una gran calle, la Avda Blasco Ibáñez que tiene un comienzo y un final algo cortante pero a cuyos costados se construyeron los primeros edificios de la Universidad, el gran estadio de fútbol, Mestalla, etc.

Ahora vamos a volver la vista hacia el casco viejo para ver el curioso y extraño ensanche de calles rectas construido, como en todas las ciudades a finales del siglo XIX. Lo más curioso de ese ensanche es que está bruscamente cortado en el ángulo de la L por un gran espacio vacío: es el de la estación de ferrocarril y la salida de las vías del tren.

Los barrios crecidos al exterior del Ensanche son, como podéis ver, mucho más caóticos y atomizados. Mejor que no os perdáis en ellos si no conocéis antes mejor las partes importantes de la ciudad. 






Lo que sí vamos a hacer es volver a ver Valencia dentro de todo el territorio que la rodea porque hay otra serie de puntos importantes que es preciso conocer: las antiguas vías de acceso, el aeropuerto, ese gran espacio natural que es la albufera, el circuito de Cheste, el circuito de formula uno, el espacio “turístico” de la ciudad de las artes y la ciencias, los pueblos de alrededor, la enorme ronda de circunvalación, el politécnico, etc. Todo eso os lo he marcado con esos puntos morados: 



En este último mapa os he señalado en naranja una infraestructura curiosa que aún sobrevive: el tranvía a la Malvarrosa, de la que hay hasta una novela y una película (bastante mala, claro) pero que podríais ver para acercaros de otro modo a la ciudad. Desde la novela y el cine.

Sin embargo, como la Feria de Valencia (que es el punto central del viaje) está al noroeste de la ciudad, tenemos también que ver ese moderno e importante eje (prolongación de una de las vías del ensanche) donde además de la Feria está el nuevo Mestalla, aún en construcción (y parado) el palacio de Congresos de Foster (bastante feíto) y hasta Heron City, nueva ciudad del ocio y… vicio!




Vamos ya con algunos de sus edificios (algunos de ellos señalados con puntos amarillos en la foto del casco viejo) o mejor, con algunos de los lugares significativos de la ciudad. Por ejemplo, la plaza del Ayuntamiento, que no es un espacio muy brillante pero que en los domingos anteriores a las fiestas de la primavera o de San José, acoge uno de los eventos más impresionantes que se celebran en las fiestas de España: la mascletá






Sobre las fiestas de Valencia podéis leer un artículo que escribí en uno de mis primeros blogs: os dejo el enlace: http://lhdjuandiezdelcorral.blogspot.com.es/2007/03/valencia-en-fiestas-explico-lo-de.html

Justo en el centro del casco antiguo de Valencia hay un pequeño espacio circular realmente encantador que os invito a visitar. Ahora lo han arreglado demasiado para el turismo pero aún así conserva la fuerza de las pequeñas grandes obras de arquitectura: 






Cerca de esta plaza circular, no dejéis de ver la lonja gótica o renacentista, (la Llotja) o antigua bolsa, centro económico de la ciudad; disfrutad de espacio, hacer un dibujo, medirlo.



Y enfrente de la Lonja, el gran Mercado de la ciudad:





No os digo nada de la catedral, porque ya todo el mundo os ha dicho que es algo que siempre hay que ver en una ciudad, pero seguramente pocos os habréis leído aquel dicho de Pisarro de que las grandes catedrales del siglo XIX (aparte de los mercados) son las estaciones de ferrocarril:



Lo curioso de Valencia es que junto a este gran edificio que como decía antes rompe en ensanche en dos hay otro edificio circular no menos importante en la vida de las ciudades españolas: la plaza de toros. Miradlos en esta vista aérea:


Y aquí la plaza de toros a pié de calle:



Aunque los toros ahora tengan mala prensa, es bueno saber que la feria taurina de Valencia es una de las más importantes de España pues es la primera del calendario, con ella se abre la temporada.  

En el artículo que os he enlazado sobre las fiestas, se habla (cómo no) de las fallas. Algo de falleras -dice todo el mundo- tienen las carísimas construcciones de Calatrava en la llamada Ciudad de las Artes y las Ciencias. Visitadlas, dibujadlas y luego ya podréis opinar:






Y algo de falleras tienen también las arquitecturas barrocas, modernistas e historicistas valencianas que podéis encontrar en muchos edificios “tarta” del casco viejo o del Ensanche.


Otro de los eventos que ha acogido Valencia como “promoción de la ciudad” has sido la Copa de América, la carrera más prestigiosa de vela a nivel mundial. Junto al puerto se construyeron muchos hangares nuevos para los veleros y un edificio a modo de “buque insignia” que más parece una maqueta de cartón-pluma. Su autor, el británico David Chiperfield. Seguro que os gusta… Cuando lo visité escribí una cosita sobre él: http://lhdjuandiezdelcorral.blogspot.com.es/2006/11/lhdn81.html


 
También junto al puerto se construyó recientemente el circuito urbano de fórmula 1 que sólo dejó un puente movedizo totalmente inútil sobre la bocana del puerto viejo, una pasarela peatonal a un barrio y muchos espacios muertos:






Volviendo al centro de Valencia os señalo también otro edificio importante a visitar porque se ha convertido en referencia del arte moderno: el IVAM



A pesar de lo grande que es, aún quisieron hacerlo más grande y moderno en los años de prosperidad y encargaron un proyecto a esa pareja de japoneses premios Pritzker que tienen apellido muy difíciles de escribir. Esto es lo que plantearon hacer:




Otro edificio “polémico” construido en los años de… despilfarro es el MUSEO DE LA ILUSTRACION del arquitecto sevillano Vázquez Consuegra. Un artículo crítico sobre ese edificio contribuyó a que me echaran de director del boletín de arquitectos. Aquí lo tenéis por si queréis leerlo y visitarlo:


No os cuento más cosas que tres días no dan para mucho más. Valencia tiene el dudoso mérito de contar con una de las primeras guías de arquitectura fea, cuya reseña hice en otro artículo de mis blogs. Aquí el enlace: http://lhdjuandiezdelcorral.blogspot.com.es/2007/03/la-valencia-fea-he-venido-tan.html

Sobre HERON CITY también escribí una nota irónica en el boletín del Colegio de Arquitectos. Fue un “modelo” del que en su momento se oyeron voces de querer hacerlo en Logroño (¡!!) y otras ciudades. Menos mal que vino la crisis… Como no es fácil enlazar el texto os lo copio y pego:


HERON CITY
por Juan Diez del Corral
Nunca me ha gustado dar noticias porque siempre he sido un poco lento en enterarme de lo que pasa, y claro, cuando creo dar un notición, me suelo llevar la decepción de que casi todo el mundo se ha enterado ya. Bueno, esta vez me da igual, porque el notición es tan grande como una ciudad, y por si alguno no se ha enterado, se llama Heron City. Lo vi en Valencia el mismo día en que Juli Capella, uno de sus arquitectos ideólogos con nombre de prestigio se lo explicaba a la siempre receptiva y entusiasta periodista de arquitectura Anatxu Zabalbeascoa en el Baboselia, ese suplemento tan sesudo y profundo que trae los sábados El P(anfleto) A(lienante) I(zquierdoso) S(ocialitostón).
"La diferencia crucial es pasar de la palabra ocio a entretenimiento" decía el arquideólogo, y lo subrayaba la periodista sacándolo del texto para ponerlo como entradilla. "Los centros de nuestras ciudades estaban plagados de bares, restaurantes y cines. La gente deambulaba por la calle gritando y los vecinos no lograban dormir -seguía argumentando Capella. La solución fue concentrar esa oferta. Cerrarse al exterior y amontonar terrazas, construir paseos y zonas de ocio sobre un gran aparcamiento. Creo que aquello (en concreto se refería al Heron City de Murcia, del que al parecer es autor directo) fue un gran invento".
Ignoro si el Heron City de Valencia es de Capella, pero por la coincidencia de nombres, seguro que es de la misma empresa.
Por desgracia para mí, a la hora en que lo visité la gente no gritaba por la calle (seguramente tendría que haber esperado a la salida de la gran bolera y sala de juegos electrónicos con música tecno a todo volumen, o quizás a la hora del cierre de la gran discoteca central), pero eso sí, en el cine al que entré no callaban, así que supuse que éste es un asunto que todavía no está suficientemente resuelto en las ciudades del entretenimiento tipo Heron City (con lo fácil que es poner auriculares a las butacas / se lo sugiero gratis a la empresa y al ideólogo). En todo caso este tipo de ciudades no parece estar hecho para educar a la gente sino para fomentar la mala educación, es decir, para que griten a gusto, así que tanto da que lo hagan en la calle o en el cine -ese edificio que al decir de Capella en otro párrafo de la mencionada entrevista, ocupa en Heron City el lugar de la Iglesia.
Pero entrando en materia de diseño comentaré que el Heron City de Valencia está ubicado en el desestructurado territorio que componen las urbanizaciones y viejos pueblos (Paterna y Burjassot) de la zona suburbial del Noroeste, entre autovías y carreteras semiurbanizadas con muchas rotondas, malas señales y pocas farolas. Llegados hasta allí, el aparcamiento me pareció bastante pequeño pues me costó encontrar plaza cuando ni la calle de la ciudad ni los cines estaban llenos de gente. El acceso único a la "ciudad" de entre los coches lo señala una marquesina de la altura de unas casitas de baja más una que hacen de decorado urbano; pasada la cual, encuentras que las terrazas de restaurantes y cafeterías, en efecto, están amontonadas en torno a una calle culebreante con una piscina alabeada pero sin fondo con un puentecito en su mitad para tener que pasar sobre el agua como si fuera Venecia. Por encima de las terrazas de los restaurantes y cafeterías de franquicias se veía un piso con ventanas y balconcitos sobre paramentos de color pastel que -digo yo-, simulaban las formas de un pueblo con vecinos a los que molestar con los gritos y la algarabía de la vida mundana de relación (ya que gritamos y no molestamos, que por lo menos parezca que lo hacemos). Pasado el inefable puentecito sobre el agua, se llegaba a la gran "plaza" de acceso a la iglesia, quiero decir, a los veinticuatro o veintiocho (ya no me acuerdo exactamente) grandes salas de pantalla gigante y sonido inmenso donde sufrimos largamente al público comentarista y al cine americano de hoy en día. Unas casetas-taquillas de diseño truculento daban acceso a la gran nave que agrupaba a las capillas cinematográficas.
En el ambiente había cierto aire de limpieza y seguridad, y niños toquiteando por los modernos juegos infantiles o accionando las fuentes "interactivas", así que de no ser por los uniformes de los guardas jurado y porque las casitas no eran decorados de las casas Queen Anne americanas o de las casas sureñas con barandas, casi hubiera jurado sentirme en EuroDisney.
Bueno, la cosa está allí y no muy lejos. Seguramente será un éxito económico, y tarde o temprano leeremos en la prensa local que vienen para acá, así que lo único que hay que preguntarse es dónde lo ponemos en Logroño y qué estilillo les damos a las casas: si postmoderno como en Valencia o si podremos exigir un “rústico riojano”. De aceptarse esta imposición local podría utilizarse nuestra Heron City para concentrar en ella todas las fiestorras de los pueblos en verano con sus ensordecedoras orquestas nocturnas. Es una idea. O puede ser un "invento", como dice Capella.
La ciudad, al parecer, está por inventar. Como le dice a Anatxu este "polifacético arquitecto" al que ella define como "el que fuera mayor agitador cultural del diseño español", "casi todo está por hacer". Aunque ese hacer no sea sino amontonar gentes en el campo, entre un gran parking y las cáscaras de la vieja ciudad, para que callejeen entre terrazas de restaurantes de franquicia y griten a gusto.
Pero lo mejor de mi noticia es que (últimamente estoy tan positivo que casi lo veo todo tan de color de rosa como el mismo Capella) es posible que los grandes Centro Comerciales ampliados o recién inaugurados que tanto han alborotado esta ciudad durante los últimos meses, se hayan quedado ya anticuados, y que alguna Heron City les amenace pronto de ruina. Así que sería divertido que esa vertiginosa evolución urbana la pudiéramos contemplar desde los balcones de nuestra vieja ciudad. Agonizante y llena de molestias, sí, ¡pero aún ciudad!.
(Por cierto, he buscado en el diccionario de inglés que significa "Heron", término que en principio me sonaba a "heroico" o a "erótico". Pero nada de eso. Heron es "garza", ave zancuda que habita parajes lacustres y pesca con gran destreza. Como no soy experto en iconología espero que alguien me dé pistas sobre el extraño nombre de esta city; no sé, quizás el mismo arquideólogo...).


Otro “palabro” importante  que debo a Valencia es el de “ventanas de la vergüenza”. Lo acuñé viendo lo que llaman “El Escorial de Valencia” un gran Monasterio semiabandonado, San  Miguel de los Reyes, que estaba en la parte norte de la ciudad y que “rehabilitaron no hace muchos años sin pensar mucho en la carpintería. Los dos artículos que dediqué a ese edificio que pilla a desmano y que no creo que veamos en este viaje os los enlazo también aquí:




En la avenida Blasco Ibáñez donde os dije que se habían construido los primeros grandes edificios universitarios está la Facultad de Medicina, edificio que también “restauraron” recientemente y que no recibió precisamente muchos elogios por mi parte: http://cascotesychascarrillos.blogspot.com.es/2010/03/133-facultad-de-medicina-valencia.html

  

Si habéis llegado hasta aquí es que sois muy buenos alumnos. Así que mis felicitaciones y buen viaje.
Ya solo os falta ser puntuales (como muestra de respeto hacia vuestros compañeros), ver, dibujar mucho, fotografiar menos y… pensar y pensar. 

Logroño, 5 de febrero del 2015
juandiezdelcorral


(material de la conferencia previa al viaje de estudios 2015 a la Feria de Valencia (CEVISAMA, HABITAT Y MADERALIA) de los alumnos de Interiores de la Escuela de Diseño Superior de La Rioja) (sobre los viajes de estudios valga también lo dicho en la entrada titulada: LA ASIGNATURA VIAJAR