No son Percier y Fontaine, ni Doménech i Muntaner (ojo, que
esto segundo es broma), es decir, no son dos creadores (ni siquiera uno, como Doménech
i Muntaner) pero para mí que tienen ganado un puesto en la historia del diseño,
al menos del diseño español, por el excelente trabajo de empuje y divulgación
que le dieron en los años ochenta y noventa. Aquí tenemos a Juli Capella y Quim
Larrea:
No se parecen en nada entre sí, o podrían ser don Quijote y Sancho Panza, pero el caso es que sus nombres han quedado unidos para siempre por haber sido los directores de las revistas DE DISEÑO (1982 a 1988) y ARDI (1988 a 1994), que fueron la mejor (si no la única) Escuela de Diseño de España.
Y a continuación, la portada del número 1 de DE DISEÑO, en 1984 (no indica mes), cuando Márquez y Lévene optaron por desgajarla de la revista matriz y encargarles la dirección a Larrea y Capella (otros dos arquitectos jóvenes).
Al igual que EL CROQUIS, la revista DE DISEÑO nació modesta,
pero poco a poco fue engordando y dando lugar a números memorables como el 10,
dedicado a MARISCAL.
Tal fue el éxito de DE DISEÑO que al parecer, el grupo Z,
editor de la exitosa revista de destape INTERVIU, fichó a Larrea y Capella para
que hicieran una nueva revista dentro de su sello comercial, y así nació, en
febrero de 1988, la revista ARDI, que alcanzó una gran presencia en la calle
más allá de los medios especializados.
No se parecen en nada entre sí, o podrían ser don Quijote y Sancho Panza, pero el caso es que sus nombres han quedado unidos para siempre por haber sido los directores de las revistas DE DISEÑO (1982 a 1988) y ARDI (1988 a 1994), que fueron la mejor (si no la única) Escuela de Diseño de España.
El origen de DE DISEÑO hay que buscarlo en el proyecto
editorial de EL CROQUIS, liderado por Márquez y Lévene, dos arquitectos jóvenes
que buscaron un nuevo espacio en la divulgación de la arquitectura abierto
hacia los proyectos finales, la construcción y el diseño. Esta fue la portada
del número 0 de EL CROQUIS, de enero de 1982
Y a continuación, la portada del número 1 de DE DISEÑO, en 1984 (no indica mes), cuando Márquez y Lévene optaron por desgajarla de la revista matriz y encargarles la dirección a Larrea y Capella (otros dos arquitectos jóvenes).
No tardaron en venir también números memorables, como el
dedicado a OSCAR TUSQUETS (número 4), que no hace mucho nos lo recordaba él
mismo,
o el de la SILLA
(número 10) que se convirtió en la mejor guía de ese mueble tan significativo.
La singladura de ARDI se terminó en 1994 y por lo que
sabemos Juli Capella y Quim Larrea se separaron e iniciaron cada uno por su
cuenta la carrera profesional como arquitectos. El mundo del diseño se quedó
huérfano de un medio de divulgación y entusiasmo, y aún faltaba bastante para
que las Escuelas de Diseño, que iban a acabar reemplazando al fin a las
antiguas Escuelas de Artes y Oficios, liderasen o vertebraran cuando menos el
Diseño en este país. Y en esas estamos.