lunes, 2 de abril de 2012

34. ¡CUIDADO CON EL SKETCH UP!

A mi me encantan las motos, corren mucho, aparcas donde quieres, sientes el aire libre y encima, con la disculpa de tomar las curvas haciendo cuerpo, llevas a tu chica abrazada a ti… ¡qué gran invento la moto! Pero cada vez que cojo la moto mi madre se echa a temblar: ¡hijo, ten cuidado! ¡la moto, noooo, qué peligro!

Bueno, pues lo mismo pasa con el sketch up (excepto en lo de llevar a tu chica agarrada a ti). Que es un peligro, y que hay que tener mucho cuidado con él porque si lo coges sin saber cuando hay que darle caña o cuando hay que entrar frenado, te la pegas.


El sketch up es una herramienta que nos permite transformar fácilmente una planta en un dibujo volumétrico y apreciar así la escala y las proporciones de nuestros bocetos. Pero como trabaja con medidas exactas, también sirve para lo que antes llamábamos delineación, es decir, al dibujo final de presentación. Son dos usos completamente distintos. Uno, como apoyo del boceto, y el segundo, como presentación del resultado final.

Como yo sé que vosotros tenéis muchas ganas de llegar al resultado final, me da mucho miedo que lo uséis nada más empezar a proyectar porque eso significa que estáis dando por acabado lo que justo estáis empezando. Cuidado pues con el sketch up. Pensad que es como una moto (pero sin chica) y que de usarlo mal os la vais a dar.

Fijaros en este par de dibujos de una compañera: apenas tenía clara la idea de la casa y ya se había puesto a trabajar con sketch up:


Todas las habitaciones, todas las proporciones están manga por hombro, y sin embargo este dibujo ya parece que es el resultado final. Y hasta con la cama hecha… ay, y con sábanas a cuadritos...