Quizás sea la ventana el punto crítico donde de la modernidad antidecorativa se ha cebado con mayor saña, o donde la arquitectura “moderna” ha producido los efectos más calamitosos. Los muros cortinas, las grandes lunas y ventanales, la persianas enrollables e incluso las ventanas fijas de los ambientes de aire acondicionado han barrido y arruinado la riqueza decorativa del mundo de las ventanas, por lo que seguramente tengamos que volver la mirada hacia el pasado, hacia los restos de arquitectura y decoración anteriores a la modernidad para hacer que las ventanas vuelvan a tener la vibración y belleza que tuvieron antaño.
Es por ello por lo que en la onda del catedrático de
construcción Ignacio Paricio Ansuategui os invito también a aprender las
palabras de algunos sencillos recursos decorativos populares, como por ejemplo la ALBENDA, esa sencilla tela
blanca mecida por el viento de los países mediterráneos (foto de arriba).
O el LAMBREQUIN (también llamado GUARDAMALLETA), esa tabla
generalmente decorada bajo la que se recoge la persiana o se ocultan las guías
de las cortinas y visillos:
Todo ello sin olvidar el paralelismo total entre la
vestimenta de las ventanas y la nuestra propia, desdoblada en la ropa interior
semitransparente y sugerente (visillos), y la ropa de cubrición exterior
(cortinas) que ya no puede confiarse a las amas de casa, y que debemos de
estudiar, aprender, crear y variar nosotros mismos como profesionales de la
decoración.