martes, 22 de diciembre de 2015

127. DIBUJO PARA DISEÑO DE INTERIORES



Hace ya bastante tiempo que en nuestra Escuela de Diseño de Logroño la asignatura de Dibujo perdió el apellido "artístico" y con ello las pretensiones de que mediante el dibujo los alumnos intentaran capturar la realidad lo más fielmente posible (que para eso ya está inventada la fotografía) o producir una obra de arte (sea lo que fuere eso del arte). El miedo a dibujar que nos produce un resultado alejado del modelo o un trazo poco suelto, hay que eliminarlo convenciendo a los alumnos de que dibujar no es más que una actividad que nos ayuda a observar las cosas con más detenimiento y profundidad, y que el dibujo es, sobre todas otras consideraciones, nada más (y nada menos) que un acta de contemplación. Las condiciones de dibujo casi a oscuras con modelos mostrados con el proyector, y la deliberada falta de inspección de sus dibujos por parte del profesor, creo que podría ayudar a quitar ese miedo. Pero también el ejemplo del propio profesor dibujando a oscuras y con desparpajo en la pizarra las obras de la historia de la arquitectura y de la decoración que nos van enseñando más y más elementos de composición, espero que también les haya podido ayudar a entender esa diferente actitud ante el dibujo. A modo de recuerdo y guía del trabajo realizado en el mes de diciembre del 2015 en el curso primero de Diseño de Interiores de la Esdir, pongo a continuación algunos de  mis dibujos realizados en la pizarra mientras ellos hacían sus propios apuntes.


1. El 1 de diciembre empezamos dibujando barandillas de balcones de Logroño.


2. El 2 de diciembre nos dedicamos a descubrir cuántos y tantos elementos de diseño tienen las puertas (los de las bisagras los hice, como ellos, en mi propio cuaderno en vez de en la pizarra).



3. El 3 de diciembre usamos la puerta de la ciudadela de Micenas y la puerta de la tumba de Agamenón para acercarnos a los conceptos de la decoración simbólica y la decoración analógica (PLD 12 y PLD14).


4. La decoración ornamental y los comienzos de la historia de la columna los estuvimos trabajando el 4 de diciembre.


5. El 9 de diciembre nos metimos de lleno con el lenguaje clásico de la arquitectura (que también lo es de la decoración) y la sencillez de la molduras escultóricas con que se configura. Primero en el estilo dórico,


... y después en el jónico y corintio:



6. El 10 de diciembre pusimos nuestra atención en la observación de la riqueza de formas, patrones y motivos decorativos de las ventanas así como en la posibilidad espacial que poseen de crear un lugar.


7. El 11 de diciembre empezamos a intentar llevar al papel (y a la pizarra) los "espacios" de la arquitectura y lo hicimos visitando el hall de la casa Winslow de Frank Lloyd Wright.


8. El 14 de diciembre relacionamos los dibujos de "línea clara" de los comics con las líneas continuas de nuestro dibujo de croquis (v PLD3), e intentamos ejercer ese tipo de dibujo sobre el modelo de un rincón del Unity Temple de Frank Lloyd Wright (v. edificiosLHD 92)


9. El 15 de diciembre dimos un bandazo de ciento ochenta grados y nos propusimos dibujar como niños o practicar el "desdibujo" a fin de introducir el color y poder usar también el dibujo para capturar, sin miedo ni prejuicios, espacios o formas muy complejas.


10. El 16 de diciembre nos planteamos capturar la esencia de todo un aparato decorativo aplicado al lienzo de una fachada y lo hicimos nada menos con Il Redentore de Palladio y el Allen Museum de la Universidad de Ohio.


11. Para fijar los conceptos de composición abierta o cerrada (clásica/moderna) ya expuestos en la PLD 82, el 17 de diciembre dibujamos las plantas y alguna perspectiva del Erecteion y del Partenon.


12. La misma lección de composición de la Acrópolis con dos edificios coetáneos y sin embargo tan distintos, -la Escuela de la Bauhaus y nuestra Escuela de Artes y Oficios-, fueron los modelos propuestos a contemplación y dibujo el 18 de diciembre del 2015.



13. Javier Dulín, jefe del departamento de Diseño de Interiores me comentó hace tiempo su deseo de crear una optativa titulada "Motivos Ornamentales", esos sencillos elementos estudiados por Riegl para intentar fijar una historia de la decoración que en nuestro caso tendría más de recuperación. Como los motivos vegetales han sido fuente permanente de inspiración de los motivos ornamentales, nos pusimos a dibujar hojas de plantas y árboles y acabamos contemplándolos esculpidos en un capitel de Frigia.

Hecha esta introducción ahora sólo falta que los alumnos caminen solos y hagan volar sus lápices y colores por el papel cada vez que observen algo interesante que tenga que ver con sus estudios de Diseño de Interiores y quieran aproximarse y profundizar en ello.

Y para acabar estas sesiones y despedir el año 2015, una selfie con los 22 alumnos de primero de diseño de interiores desde la pantalla de las maravillas.



martes, 13 de octubre de 2015

126. EL TALLER DE PROYECTOS: PRIMER COWORKING


De un tiempo a esta parte una de mis principales prioridades pedagógicas para con los alumnos de primero de diseño de interiores es que se inicien en el aprendizaje del trabajo individual y creativo dentro de un espacio colectivo y compartido. Es decir, convertir las tradicionales "aulas de proyectos" de la Escuela en espacios co-working.

Con la desordenada invasión de términos ingleses que acaece últimamente en nuestro lenguaje no había prestado yo mucha atención al término coworking hasta que una alumna de Cultura del Diseño  colgara al comienzo de este mismo curso un post muy interesante (enlace aquí) sobre la definición, características y algunos ejemplos concretos de ese nuevo tipo de lugar de trabajo colectivo con el que se pretende superar el tradicional concepto de "oficinas".

Tengo un pésimo recuerdo de las "aulas" de proyectos de la escuela donde cursé mis estudios de arquitectura. Eran unos espacios destartalados, abiertos y  ruidosos donde recibíamos el encargo de un trabajo y donde de vez en cuando había gente apiñada en torno a un profesor y una pared donde alguien había colgado unos planos. El resto del tiempo la clase permanecía vacía o con corrillos de cháchara sobre cualquier temática ajena a la de proyectos. No creo que nadie nunca hiciera un proyecto allí. Ya siento decir que en aquel tipo de escuelas ni nos ofrecieron un espacio de trabajo ni nos enseñaron a trabajar en un espacio colectivo.

En la Escuela de Diseño de Logroño, el aula de proyectos había venido siendo el de una asignatura más de entre las cinco o seis que componen el currículo del curso con un horario de estancia muy inferior a los créditos exigidos para superarla, así que últimamente, en aquellas aulas (o talleres prefiero llamarlas) en que tenemos la suerte de que un solo alumno tiene una mesa propia para todo el cuatrimestre, hemos empezado a abrirlas a los alumnos para que las puedan utilizar como sus lugares de trabajo personal.

Pero en la bonita propuesta de los coworking que leíamos en el post de Dairén Bailo no se hacía mención de la educación y respeto que todo usuario de un coworking debe de tener para los compañeros de espacio (condición fundamental para que un espacio de coworking funcione), así que en el contenido de esta pequeña lección de diseño vamos a intentar subsanar esa carencia.

Y es que para trabajar en un coworking se necesita haber aprendido a trabajar en un espacio colectivo. Se necesita asumir un tipo de comportamiento que los alumnos de las aulas convencionales ligadas a la presencia del profesor no suelen poseer. Necesitan funcionar de una manera que podría resumirse en una norma sencilla universal: la del respeto máximo al trabajo de los demás. Un respeto que pasa por el escrupuloso silencio, o todo lo más, por conversaciones en voz baja que en ningún caso lleguen mas que como un susurro de fondo a los oídos de quienes son ajenos a ellas.

En ese respeto por el trabajo de los demás suelo decir a mis alumnos que tienen que revisar incluso las tradicionales normas de cortesía respecto a los saludos. Entrar a un espacio de coworking saludando, es decir, diciendo aquí estoy yo y mi llegada es motivo de que te enteres e interrumpas tu trabajo por ello, es la mayor falta de respeto y cortesía que existe. Y lo mismo a la hora de ausentarse del taller. Cuando uno está realizando su trabajo individual, tu llegada o tu salida deben de pasar desapercibidas para él. Ya advertirá tu presencia si le interesa cuando levante la vista de su trabajo, cuando se tome un respiro o cuando entre o salga del espacio coworking. Los actuales alumnos y futuros diseñadores tienen que entender que los espacios de coworking poseen espacios anexos de relación, sean salas de reunión, pasillos, el bar, o la entrada de la Escuela, donde entablar relaciones, conversaciones o debates que no interfieran el trabajo de los demás.

Si los alumnos de diseño aprendiesen a trabajar así desde el primer curso de su carrera, pueden tener por seguro que estarán muy por delante de muchos alumnos que en generaciones anteriores no han tenido ese tipo de pedagogía.


jueves, 23 de abril de 2015

125. CRAZY DECOR



Hace bastantes años vino Juli Capella a esta Escuela e impartió una coferencia en el Salón de Actos en la que soltó un mensaje provocativo dirigido directamente a los alumnos que más o menos decía así: "como la vida y el duro trabajo que os espera fuera ya se encargará de cortaros las alas, aprovechad vuestra estancia en la Escuela para hacer locuras y extravagancias, para ser lo más creativo posibles".

Desde que entramos los arquitectos a enseñar en las Escuelas de Decoración todo capricho o extravagancia ha sido cercenado en aras de un tipo de disciplina profesional mucho más cercana al ejercicio de la racionalidad y de la funcionalidad que triunfaron en la arquitectura del siglo XX y en la que todos los arquitectos fuimos educados. Juli Capella también era arquitecto, y seguramente un poco frívolo, pero tonto no era y su mensaje, su provocación, no ha dejado de darme vueltas en la cabeza durante todos estos años de profesor de Diseño de Interiores.

Para entender y valorar mejor esa provocación pensemos un poco en los compañeros de la especialidad de Moda de esta misma Escuela. Ellos estudian para diseñar chaquetas, pantalones y camisas que podamos vestir en cada uno de los acontecimientos y edades de nuestra vida, pero de vez en cuando, tanto en su periodo de formación como en su vida profesional, nos sorprenden con modelos y pasarelas de lo más original y extravagante. La alta costura, como decía Ignacio Paricio Ansuategui en un estupendo artículo sobre el high tech publicado hace años en la revista Arquitectura Viva, no es algo que se haga para poder vestir a la gente sino para tirar de la creatividad de los diseñadores y hacer evolucionar las modas. Es algo de lo que, a la postre, se beneficiará la belleza de mi camisa o mi pantalón.

Algo parecido podríamos hacer también en Decoración de Interiores. No todo el tiempo, por supuesto, en que lógico es que prevalezcan los valores de la disciplina, el orden y la búsqueda de la sencillez y economía en el diseño, pero sí de vez en cuando.

En primer curso de diseño, cuando se les plantea por primera vez ejercicios de arquitectura de distribución de espacios, los alumnos optan con frecuencia por hacer extravagantes tabiques curvos o diagonales, por lo que es muy recomendable prohibirles este tipo de geometrías y obligarles a diseñar desde la sencillez del ángulo recto. Eso de las paredes de vidrio o los tabiques inclinados, les digo, a partir de tercer curso.Sin embargo, cuando se les plantea por primera vez un ejercicio de pura y simple decoración hay que ver lo tímidos y comedidos que son, más atentos casi siempre a plantear y resolver problemas de funcionalidad o bricolaje que a desarrollar sus capacidades creativas en el mundo de la ambientación.

Es entonces cuando me acuerdo de la provocación de Juli Capella y no sólo la aplaudo como tal sino que hasta creo necesario proponerla como ejercicio obligatorio: diseñad loco, soltaros el pelo, pintad de colores vivos, mezclar lo irreconciliable. No para crear un hábito de caprichosidad, no, sino para ver cuanto antes cuáles pueden ser sus resultados, o para servir en el futuro, como en el diseño de moda, de estímulo y referencia para las propuestas más serias y contenidas.

Y también (digámoslo con un pequeño chiste), para evitar esa otra "extra-vagancia" decorativa que es... la "vagancia" "extrema" de no pintar nada, no diseñar nada y justificarse que es porque van de racionalistas, de funcionalistas o... de "minimal".

Porque una cosa es segura: los diseños de la Escuela no se hacen para llevarlos a la realidad. Se hacen para aprender, para crecer, para abrir vías al futuro de los alumnos y al propio oficio de la Decoración.



miércoles, 1 de abril de 2015

124. PROBLEMAS DE ESTILO




En la bliblioteca de la Escuela encontré hace años un libro titulado ESTILO Y DECORACION INTERNACIONAL editado en 1976 por la prestigiosa editorial Gustavo Gili que tenía cientos de fotografías del tipo de las dos que encabezan esta pequeña lección. Escandalizado por la imagen que daba de la disciplina de la decoración me lo llevé al armario de mi clase y lo encerré con llave. Pero el problema no estaba resuelto: en realidad debería de haberme llevado y encerrado también el noventa y nueve por ciento de los libros sobre decoración que había y todas las revistas del ramo, porque las fotos y textos que contienen no hacen sino contribuir a la gran ceremonia de la confusión sobre estilos de ambientes y objetos en que nos vemos sumidos desde hace décadas, una confusión o un eclecticismo que nos exige profundizar una vez más en la historia de la decoración y en el punto en que estamos.

Admitimos que a diferencia de la arquitectura, la decoración es moda y expresión más o menos efímera de cada usuario o de cada momento histórico, pero de ahí a convertirse en capricho individual, subjetivo y acrítico va un largo trecho. No todo cabe. No todo puede valer. Cuando se fundó la Real Academia de Bellas Artes de Francia el primer tema de debate de los sesudos académicos fue tratar de definir el "buen gusto" es decir, los principios que deberían de regir a la hora de juzgar todo lo relacionado con la creatividad humana. Diferenciar el buen gusto del malo, lo bello de lo chabacano. Difícil tarea para los académicos si no contaran con un poder absoluto en la monarquía de Versalles que la mayor parte de las veces tomaría sus decisiones por ellos: y es que el buen gusto ya era entonces el gusto de los de arriba, de los poderosos, de los que dominan al resto de la sociedad.

La revolución francesa que acabó en el imperio de Napoleón impuso un nuevo gusto, el así llamado "estilo imperio", creado por dos arquitectos, Percier y La Fontaine, para el nuevo emperador, pero una vez caído éste, durante el siglo XIX proliferaron todo tipo de "gustos" "estilos" o "modas" en función de los diferentes países de Europa y de sus desarrollos sociales creando una tremenda babelia que dio pie a esa furibunda reacción acaecida en el siglo XX después de la Primera Guerra Mundial que ya conocéis por la historia como "modernidad", el "no estilo" o "estilo internacional" y que arranca con textos como "Ornamento y Delito", la negación de la decoración en las soflamas de Le Corbusier o las propuestas blancas y puristas de la Bauhaus.

Cincuenta años después, hacia 1970, la modernidad entró en crisis y no sólo cultural -como en el el libro que mencionaba al comienzo de esta pequeña nota. El humorista francés Jacques Tati se había adelantado más de una década en la denuncia del modo moderno de hacer las cosas como comentamos en este mismo blog sobre su película MI TIO. ¿Qué ha pasado desde entonces hasta hoy? ¿Cuál ha sido el gusto, la moda o las tendencias triunfantes en decoración?

Complicadísimas preguntas que no pueden responderse en una pequeña lección de diseño y ante las que sólo pueden avanzarse hipótesis o interpretaciones algo aventuradas, como que... hemos vuelto a la confusión y eclectisimo de finales de siglo XIX pero multiplicado por mil, es decir, que aún peor. Y con un aparato crítico bajo mínimos. Con muchos medios de comunicación que mezclan las noticias con la propaganda y sin Reales Academias que fomenten debates como el del buen gusto. Sin ir más lejos esto es lo que veíamos recientemente en la feria de Valencia.:


Ponerse a ejercer la decoración profesional en nuestros días es un reto verdaderamente difícil. Titánico, podríamos decir. Porque quien quiera hacer una decoración digna, deberá siempre expresar la naturaleza de su tiempo, del momento en que esa decoración se produce. El decorador ha de ser sensible a todo lo que le rodea y crear con el material de su tiempo una sensibilidad, una tendencia, una moda, un gusto, que no sólo sea bien visto por la sociedad de su tiempo sino que deje huella de ese momento para el futuro. Ese es el reto muchachos... Así que... en buen lío os habéis metido... si es que queréis hacerlo bien de veras, claro.


miércoles, 25 de marzo de 2015

123. PEQUEÑA GUÍA DE PALABRAS PARA HABLAR DE VUESTROS PROYECTOS




Primer curso de Diseño de Interiores. En el segundo ejercicio del segundo cuatrimestre les propongo diseñar la distribución de un bar-restaurante, y como ejercicio preparatorio y complementario les pido que cada alumno haga un pequeño reportaje de tres bares-restaurantes ya existentes con tres o cuatro fotos y (ojalá) con algún dibujo. Hacemos una puesta en común y cada alumno expone al resto de la clase los tres bares que ha visitado. Se produce entonces un grave problema a la hora de contar: los alumnos apenas tiene un mínimo vocabulario específico y se pierden en detalles más o menos irrelevantes. Ese mismo problema se reproduce luego cuando tienen que contar sus distribuciones, sus propios proyectos. Por ello es muy conveniente dotar a los alumnos de un mínimo vocabulario ordenado que les sirva de guía para contar, para valorar y también para diseñar.

1) Empezaremos por lo más fundamental: por hablar de los ESPACIOS, es decir, de la ARQUITECTURA.

Un diseñador de interiores en tanto que puede mover todo tipo de tabiquería, es también un arquitecto, un creador de espacios. Así que lo primero que tienen que saber hablar es de su GEOMETRIA. De sus formas generalmente ordenadas por la geometría: cuadrados, rectángulos, rectángulos aúreos, trapecios, espacios limpios, cerrados, maclados o abiertos y encadenados con otros espacios. etc.. E inmediatamente hablar de su ESCALA, de sus PROPORCIONES, tanto en relación con la escala humana o entre unos espacios y otros. Grandes, pequeños, acogedores, demasiado largos, agobiantes, desoladores, etc. Estos dos términos, GEOMETRIA y ESCALA son básicos y universales. Un poco más de andar por casa son otros dos términos con el que yo les propongo repensar los espacios una vez que han aparecido en ellos las puertas y ventanas: los PASOS y los REMANSOS. En alguna de las lecciones de dibujo creo ya haber hablado de los interesantes "planos o dibujos de desgaste de suelos" es decir, el reflejo de esas zonas de circulación que las puertas, ventanas y otros focos de interés crean en cada local definiendo a su vez unos espacios en negativo (o en positivo, según se mire) que son los REMANSOS, los rincones, los lugares de estancia, los gabinetes. Si el alumno de primero de diseño de interiores empieza a hablar de los locales que analiza con esos cuatro términos, GEOMETRÍA, ESCALA, PASOS y REMANSOS habrá dado un paso de gigante en su formación.

2) Después de hablar de los valores arquitectónicos entramos en materia de DECORACION.

El vocabulario básico se diversifica y multiplica cuando tratamos de decoración así que es preciso poner un poco de orden y empezar por hablar de algo tan elemental como el COLOR: la paleta usada que dicen los pintores o el color básico; el color que predomina en el proyecto o local y los colores complementarios que juegan con él. Y tras el color, las TEXTURAS. No es cuestión de insistir en que la construcción se produce mediante una adición y repetición de piezas pequeñas, así que tras la atención al color interesa mencionar los paramentos donde el elemento visual por excelencia sea las texturas. Colores y texturas que muchas veces nos ofrece la naturaleza de los MATERIALES con los que se construye, aunque no siempre porque casi todo material puede ser tratado superficialmente, pintado o revestido por nuevos materiales cambiando los significados. Descrito o explicado el marco general espacial y decorativo, sería de desear que el alumno supiera detectar aquellos PUNTOS DE ATENCION que focalizan y concentran las atenciones: un cuadro, una marca, un fuego, un punto de servicio, un mostrador, etc. Y a partir de ahí ya podríamos tratar de asuntos como el CONCEPTO general de bar, el ESTILO, su TENDENCIA, su tipo de propuesta de IMAGEN etc.

3) Lo he dejado para el final porque es lo más obvio y elemental, pero es de lo primero de lo que hay que hablar: de la UBICACION del local, aunque sólo sea como información y porque no es lo mismo estar en un casco antiguo que en una zona nueva de la ciudad; la ORIENTACION, con lo importante que es el sol y las sombras, el norte y el sur, y el CONTEXTO, los vecinos, la vida, las gentes de la zona.

Y ya vale, porque si seguimos podríamos volver a perdernos entre tanta cosa. No siempre hay que contar las cosas en el mismo orden (no todas las narraciones tienen que seguir una secuencia temporal) pero sí que es imprescindible que los alumnos sepan manejar este mínimo repertorio de términos a la hora de hablar de un local o de contar su proyecto. Y que lo practiquen una y otra vez.


jueves, 5 de marzo de 2015

122. "LO CASTIZO" frente a "LO DISEÑO"


Es filosofía del plan de estudios de la Esdir iniciar a los alumnos cuanto antes en los grandes temas de diseño de su especialidad. Y así, en proyectos básicos de Diseño de Interiores de primer curso, tras empezar por una distribución de espacios en una vivienda de 70 m2 y otra de 140 m2, abordamos el que posiblemente sea el gran tema de la especialidad de Diseño de Interiores: los BARES Y RESTAURANTES, esos espacios semipúblicos que tienen el carácter de pequeños templos de la convivencia de un barrio, o que incluso tienen o le dan carácter a toda una ciudad.

Aunque el primer ejercicio se centra en organizar sus espacios, diseñar correctamente los aseos (v PLD 44) y proponer las primeras imágenes para sus fachadas, lo cierto es que la primera tarea de todo diseñador ante el encargo de un bar/restaurante es observar y valorar los bares de su ciudad y los bares famosos de la historia del diseño. Adquirir una "cultura" de bares.

Y dentro de esa cultura, parece conveniente establecer o poner en común algunos términos que sirvan de referencia para la comprensión del carácter de estos espacios singulares, de estos pequeños templos de la ciudad. Etiquetas, como se diría ahora en términos de búsqueda de internet, que nos permitan entender y acaso valorar la esencia espacial y decorativa de cada uno de esos lugares.

Las dos primeras etiquetas que ofrezco son las que encabezan esta pequeña lección: LO CASTIZO frente a LO DISEÑO. Todo bar nace de una serie de decisiones de sus dueños y decoradores, pero frente a estas decisiones personales o individuales, algunos bares logran adquirir con los años una "solera", una especie de carácter "tradicional" que los convierte en bares "de toda la vida", bares enraizados con los tics de la arquitectura popular de una zona o de una época, que todo alumno de diseño debe aprender a entender y valorar. Los bares "castas" o "castizos" tienen un encanto especial que generalmente es más valorado por la gente de fuera que por la gente del propio lugar, más apreciados por la gente que viene a conocer la esencia de una ciudad que por la gente que se ha acostumbrado a lo que tiene y no lo sabe apreciar.

Pero una vez valorado "lo castizo" como lo "auténtico", lo "genuino" de una ciudad, lo más fácil es convertirlo en una máscara, un disfraz. Lo "castizo" se genera gracias al tiempo, al uso, a las huellas de la gente que ha ido dando vida a un bar, no a las decisiones de un diseñador que interviene imitando los tics formales de ese tipo de lugares. Por ello, frente a "lo castizo" hay que aceptar "el diseño" como una actitud mucho más modesta, como una actitud creadora de un embrión que ojalá con el tiempo logre convertirse en "popular".

No suele ser lo normal. Los bares "de diseño" tratan de competir con los bares tradicionales exagerando sus rasgos formales, su "tendencia", su "modernidad" o su "temática", llegando muchas veces a rayar en lo que se entiende como "kitsch", hortera, falso, pretencioso, vulgar o pijo. Una de las primeras etiquetas que tiene que aprender a usar un alumno de diseño es la del "kitsch". No es fácil. Hay muchas interpretaciones del fenómeno kitsch, pero en general todas tienen una connotación negativa. Sólo cuando lo kitsch sobrevive y se hace duradero empieza a adquirir cierto valor positivo. La decoración más próxima al concepto del disfraz o de lo falso no puede ser duradera, no puede ser genuina o auténtica salvo que resista al paso del tiempo, lo que no suele ocurrir.

En los bares "castas" y "genuinos" el diseño originario se ha hecho imperceptible. Como decía Bruno Munari analizando el atril, el gran diseño suele ocurrir precisamente cuando no se ve. Se diría que frente al valor del buen uso y del paso del tiempo el diseño inicial se ha quedado oculto o en segundo plano. En los bares "de diseño" ocurre lo contrario. Cuando el diseño hace exhibición de sí mismo se convierte en una anécdota, en un tic, en un guiño. Nada peor para el buen nombre del diseño que ese carácter superficial que a veces adquiere "el diseño" en esos bares que llamamos "de diseño". Nada mejor para el alumno por lo tanto, que detectarlo desde el comienzo de sus estudios.




miércoles, 18 de febrero de 2015

121. CONOCER VALENCIA





Aquí tenéis Valencia, una ciudad, una gran ciudad, con una larguísima historia. Y con un mapa. Lo primero que hay que hacer para conocer una ciudad es mirar el mapa (o modernamente, la foto aérea) y buscar el núcleo originario y el río. Suele ser fácil: la zona más abigarrada y una larga línea que hace eses. Poned nombre al río: el Turia.




Enseguida os habréis dado cuenta de que hay como “otro río”, pero a poco que os fijéis tiene un aspecto más geométrico o artificial. No es un río, es una desviación, un cauce nuevo. En octubre de 1957 el Turia provocó unas inundaciones terribles. Murieron más de doscientas personas y los daños fueron tremendos:





Este es el mapa de la Valencia de entonces con la zona afectada por la inundación: todo lo que está dentro de las dos líneas negras:



Para evitar otra catástrofe similar se construyó ese enorme canal que va por el sur de la ciudad:


En este mapa ha aparecido ahora otro punto importante para nosotros, el lugar de nuestro albergue en estos días, justo entre la ciudad vieja y el antiguo y ya seco cauce del Turia.



Vamos a explorar un poco el casco antiguo porque es bastante grande. Ahí lo tenéis con los nombres de sus “barrios”. Dentro del casco hay una zona mucho más vieja, tan vieja que es la que fundaron los romanos hace dos mil años:



Las ciudades romanas se fundaban trazando una cruz de dos calles centrales: el cardo, que va de norte a sur y el decumanus, de este a oeste: ahí los tenéis. Son las calles más venerables de la ciudad (aunque con dos mil años de historia la ciudad se haya olvidado de ellas):


En esta foto vemos que el antiguo cauce del Turia ha sido convertido en una gran zona verde. En los años setenta hubo un concurso para urbanizar el cauce y el arquitecto Ricardo Bofill hizo una serie de diseños sobre el “jardín mediterráneo” que fueron llevados a cabo sólo en parte.

La ciudad medieval fue creciendo alrededor de la romana y si os dais cuenta, los dos espacios más importantes del casco viejo están en la prolongación del cardo hacia el sur: la plaza de la catedral y la plaza del Ayuntamiento. Para haceros una idea de lo que os vais a encontrar ahora, el barrio del El Carmen, es el de más vida de bares y restaurantes, y donde pone Valencia está la zona más comercial de tiendas, El Corte Inglés, Zara, los Bancos etc. sobre la calle Colón. 


Pero seguramente ya os estaréis preguntando: ¿y dónde está el mar? ¿no está Valencia al lado del mar? Pues sí pero también debéis saber que una gran parte de las ciudades antiguas fundadas junto al Mediterráneo se construyeron siempre a cierta distancia del mar para que sus habitantes tuvieran tiempo de organizarse y prepararse para los eventuales ataques que podrían venir por barcos.

Junto a la desembocadura del Turia está lógicamente el viejo puerto de Valencia, y al norte de ese puerto la gran playa de Valencia, la Malvarrosa.



La calle que conecta Valencia con el puerto es la muy ancha y transitada Avenida del Puerto, que es esa calle marcada con puntitos que acaba en el puerto.

Por encima de ella hay dos zonas marcadas en amarillo: la pequeña son los Jardines del Real donde estuvo la antigua almunia o álcazaba taifa, luego Palacio Real, luego viveros, luego jardín botánico, jardines públicos, parque etc; el rectángulo grande de la derecha es el popular barrio de El Cabañal donde vivían pescadores y trabajadores del puerto. Entre ambos lugares se creó en el siglo XX una gran calle, la Avda Blasco Ibáñez que tiene un comienzo y un final algo cortante pero a cuyos costados se construyeron los primeros edificios de la Universidad, el gran estadio de fútbol, Mestalla, etc.

Ahora vamos a volver la vista hacia el casco viejo para ver el curioso y extraño ensanche de calles rectas construido, como en todas las ciudades a finales del siglo XIX. Lo más curioso de ese ensanche es que está bruscamente cortado en el ángulo de la L por un gran espacio vacío: es el de la estación de ferrocarril y la salida de las vías del tren.

Los barrios crecidos al exterior del Ensanche son, como podéis ver, mucho más caóticos y atomizados. Mejor que no os perdáis en ellos si no conocéis antes mejor las partes importantes de la ciudad. 






Lo que sí vamos a hacer es volver a ver Valencia dentro de todo el territorio que la rodea porque hay otra serie de puntos importantes que es preciso conocer: las antiguas vías de acceso, el aeropuerto, ese gran espacio natural que es la albufera, el circuito de Cheste, el circuito de formula uno, el espacio “turístico” de la ciudad de las artes y la ciencias, los pueblos de alrededor, la enorme ronda de circunvalación, el politécnico, etc. Todo eso os lo he marcado con esos puntos morados: 



En este último mapa os he señalado en naranja una infraestructura curiosa que aún sobrevive: el tranvía a la Malvarrosa, de la que hay hasta una novela y una película (bastante mala, claro) pero que podríais ver para acercaros de otro modo a la ciudad. Desde la novela y el cine.

Sin embargo, como la Feria de Valencia (que es el punto central del viaje) está al noroeste de la ciudad, tenemos también que ver ese moderno e importante eje (prolongación de una de las vías del ensanche) donde además de la Feria está el nuevo Mestalla, aún en construcción (y parado) el palacio de Congresos de Foster (bastante feíto) y hasta Heron City, nueva ciudad del ocio y… vicio!




Vamos ya con algunos de sus edificios (algunos de ellos señalados con puntos amarillos en la foto del casco viejo) o mejor, con algunos de los lugares significativos de la ciudad. Por ejemplo, la plaza del Ayuntamiento, que no es un espacio muy brillante pero que en los domingos anteriores a las fiestas de la primavera o de San José, acoge uno de los eventos más impresionantes que se celebran en las fiestas de España: la mascletá






Sobre las fiestas de Valencia podéis leer un artículo que escribí en uno de mis primeros blogs: os dejo el enlace: http://lhdjuandiezdelcorral.blogspot.com.es/2007/03/valencia-en-fiestas-explico-lo-de.html

Justo en el centro del casco antiguo de Valencia hay un pequeño espacio circular realmente encantador que os invito a visitar. Ahora lo han arreglado demasiado para el turismo pero aún así conserva la fuerza de las pequeñas grandes obras de arquitectura: 






Cerca de esta plaza circular, no dejéis de ver la lonja gótica o renacentista, (la Llotja) o antigua bolsa, centro económico de la ciudad; disfrutad de espacio, hacer un dibujo, medirlo.



Y enfrente de la Lonja, el gran Mercado de la ciudad:





No os digo nada de la catedral, porque ya todo el mundo os ha dicho que es algo que siempre hay que ver en una ciudad, pero seguramente pocos os habréis leído aquel dicho de Pisarro de que las grandes catedrales del siglo XIX (aparte de los mercados) son las estaciones de ferrocarril:



Lo curioso de Valencia es que junto a este gran edificio que como decía antes rompe en ensanche en dos hay otro edificio circular no menos importante en la vida de las ciudades españolas: la plaza de toros. Miradlos en esta vista aérea:


Y aquí la plaza de toros a pié de calle:



Aunque los toros ahora tengan mala prensa, es bueno saber que la feria taurina de Valencia es una de las más importantes de España pues es la primera del calendario, con ella se abre la temporada.  

En el artículo que os he enlazado sobre las fiestas, se habla (cómo no) de las fallas. Algo de falleras -dice todo el mundo- tienen las carísimas construcciones de Calatrava en la llamada Ciudad de las Artes y las Ciencias. Visitadlas, dibujadlas y luego ya podréis opinar:






Y algo de falleras tienen también las arquitecturas barrocas, modernistas e historicistas valencianas que podéis encontrar en muchos edificios “tarta” del casco viejo o del Ensanche.


Otro de los eventos que ha acogido Valencia como “promoción de la ciudad” has sido la Copa de América, la carrera más prestigiosa de vela a nivel mundial. Junto al puerto se construyeron muchos hangares nuevos para los veleros y un edificio a modo de “buque insignia” que más parece una maqueta de cartón-pluma. Su autor, el británico David Chiperfield. Seguro que os gusta… Cuando lo visité escribí una cosita sobre él: http://lhdjuandiezdelcorral.blogspot.com.es/2006/11/lhdn81.html


 
También junto al puerto se construyó recientemente el circuito urbano de fórmula 1 que sólo dejó un puente movedizo totalmente inútil sobre la bocana del puerto viejo, una pasarela peatonal a un barrio y muchos espacios muertos:






Volviendo al centro de Valencia os señalo también otro edificio importante a visitar porque se ha convertido en referencia del arte moderno: el IVAM



A pesar de lo grande que es, aún quisieron hacerlo más grande y moderno en los años de prosperidad y encargaron un proyecto a esa pareja de japoneses premios Pritzker que tienen apellido muy difíciles de escribir. Esto es lo que plantearon hacer:




Otro edificio “polémico” construido en los años de… despilfarro es el MUSEO DE LA ILUSTRACION del arquitecto sevillano Vázquez Consuegra. Un artículo crítico sobre ese edificio contribuyó a que me echaran de director del boletín de arquitectos. Aquí lo tenéis por si queréis leerlo y visitarlo:


No os cuento más cosas que tres días no dan para mucho más. Valencia tiene el dudoso mérito de contar con una de las primeras guías de arquitectura fea, cuya reseña hice en otro artículo de mis blogs. Aquí el enlace: http://lhdjuandiezdelcorral.blogspot.com.es/2007/03/la-valencia-fea-he-venido-tan.html

Sobre HERON CITY también escribí una nota irónica en el boletín del Colegio de Arquitectos. Fue un “modelo” del que en su momento se oyeron voces de querer hacerlo en Logroño (¡!!) y otras ciudades. Menos mal que vino la crisis… Como no es fácil enlazar el texto os lo copio y pego:


HERON CITY
por Juan Diez del Corral
Nunca me ha gustado dar noticias porque siempre he sido un poco lento en enterarme de lo que pasa, y claro, cuando creo dar un notición, me suelo llevar la decepción de que casi todo el mundo se ha enterado ya. Bueno, esta vez me da igual, porque el notición es tan grande como una ciudad, y por si alguno no se ha enterado, se llama Heron City. Lo vi en Valencia el mismo día en que Juli Capella, uno de sus arquitectos ideólogos con nombre de prestigio se lo explicaba a la siempre receptiva y entusiasta periodista de arquitectura Anatxu Zabalbeascoa en el Baboselia, ese suplemento tan sesudo y profundo que trae los sábados El P(anfleto) A(lienante) I(zquierdoso) S(ocialitostón).
"La diferencia crucial es pasar de la palabra ocio a entretenimiento" decía el arquideólogo, y lo subrayaba la periodista sacándolo del texto para ponerlo como entradilla. "Los centros de nuestras ciudades estaban plagados de bares, restaurantes y cines. La gente deambulaba por la calle gritando y los vecinos no lograban dormir -seguía argumentando Capella. La solución fue concentrar esa oferta. Cerrarse al exterior y amontonar terrazas, construir paseos y zonas de ocio sobre un gran aparcamiento. Creo que aquello (en concreto se refería al Heron City de Murcia, del que al parecer es autor directo) fue un gran invento".
Ignoro si el Heron City de Valencia es de Capella, pero por la coincidencia de nombres, seguro que es de la misma empresa.
Por desgracia para mí, a la hora en que lo visité la gente no gritaba por la calle (seguramente tendría que haber esperado a la salida de la gran bolera y sala de juegos electrónicos con música tecno a todo volumen, o quizás a la hora del cierre de la gran discoteca central), pero eso sí, en el cine al que entré no callaban, así que supuse que éste es un asunto que todavía no está suficientemente resuelto en las ciudades del entretenimiento tipo Heron City (con lo fácil que es poner auriculares a las butacas / se lo sugiero gratis a la empresa y al ideólogo). En todo caso este tipo de ciudades no parece estar hecho para educar a la gente sino para fomentar la mala educación, es decir, para que griten a gusto, así que tanto da que lo hagan en la calle o en el cine -ese edificio que al decir de Capella en otro párrafo de la mencionada entrevista, ocupa en Heron City el lugar de la Iglesia.
Pero entrando en materia de diseño comentaré que el Heron City de Valencia está ubicado en el desestructurado territorio que componen las urbanizaciones y viejos pueblos (Paterna y Burjassot) de la zona suburbial del Noroeste, entre autovías y carreteras semiurbanizadas con muchas rotondas, malas señales y pocas farolas. Llegados hasta allí, el aparcamiento me pareció bastante pequeño pues me costó encontrar plaza cuando ni la calle de la ciudad ni los cines estaban llenos de gente. El acceso único a la "ciudad" de entre los coches lo señala una marquesina de la altura de unas casitas de baja más una que hacen de decorado urbano; pasada la cual, encuentras que las terrazas de restaurantes y cafeterías, en efecto, están amontonadas en torno a una calle culebreante con una piscina alabeada pero sin fondo con un puentecito en su mitad para tener que pasar sobre el agua como si fuera Venecia. Por encima de las terrazas de los restaurantes y cafeterías de franquicias se veía un piso con ventanas y balconcitos sobre paramentos de color pastel que -digo yo-, simulaban las formas de un pueblo con vecinos a los que molestar con los gritos y la algarabía de la vida mundana de relación (ya que gritamos y no molestamos, que por lo menos parezca que lo hacemos). Pasado el inefable puentecito sobre el agua, se llegaba a la gran "plaza" de acceso a la iglesia, quiero decir, a los veinticuatro o veintiocho (ya no me acuerdo exactamente) grandes salas de pantalla gigante y sonido inmenso donde sufrimos largamente al público comentarista y al cine americano de hoy en día. Unas casetas-taquillas de diseño truculento daban acceso a la gran nave que agrupaba a las capillas cinematográficas.
En el ambiente había cierto aire de limpieza y seguridad, y niños toquiteando por los modernos juegos infantiles o accionando las fuentes "interactivas", así que de no ser por los uniformes de los guardas jurado y porque las casitas no eran decorados de las casas Queen Anne americanas o de las casas sureñas con barandas, casi hubiera jurado sentirme en EuroDisney.
Bueno, la cosa está allí y no muy lejos. Seguramente será un éxito económico, y tarde o temprano leeremos en la prensa local que vienen para acá, así que lo único que hay que preguntarse es dónde lo ponemos en Logroño y qué estilillo les damos a las casas: si postmoderno como en Valencia o si podremos exigir un “rústico riojano”. De aceptarse esta imposición local podría utilizarse nuestra Heron City para concentrar en ella todas las fiestorras de los pueblos en verano con sus ensordecedoras orquestas nocturnas. Es una idea. O puede ser un "invento", como dice Capella.
La ciudad, al parecer, está por inventar. Como le dice a Anatxu este "polifacético arquitecto" al que ella define como "el que fuera mayor agitador cultural del diseño español", "casi todo está por hacer". Aunque ese hacer no sea sino amontonar gentes en el campo, entre un gran parking y las cáscaras de la vieja ciudad, para que callejeen entre terrazas de restaurantes de franquicia y griten a gusto.
Pero lo mejor de mi noticia es que (últimamente estoy tan positivo que casi lo veo todo tan de color de rosa como el mismo Capella) es posible que los grandes Centro Comerciales ampliados o recién inaugurados que tanto han alborotado esta ciudad durante los últimos meses, se hayan quedado ya anticuados, y que alguna Heron City les amenace pronto de ruina. Así que sería divertido que esa vertiginosa evolución urbana la pudiéramos contemplar desde los balcones de nuestra vieja ciudad. Agonizante y llena de molestias, sí, ¡pero aún ciudad!.
(Por cierto, he buscado en el diccionario de inglés que significa "Heron", término que en principio me sonaba a "heroico" o a "erótico". Pero nada de eso. Heron es "garza", ave zancuda que habita parajes lacustres y pesca con gran destreza. Como no soy experto en iconología espero que alguien me dé pistas sobre el extraño nombre de esta city; no sé, quizás el mismo arquideólogo...).


Otro “palabro” importante  que debo a Valencia es el de “ventanas de la vergüenza”. Lo acuñé viendo lo que llaman “El Escorial de Valencia” un gran Monasterio semiabandonado, San  Miguel de los Reyes, que estaba en la parte norte de la ciudad y que “rehabilitaron no hace muchos años sin pensar mucho en la carpintería. Los dos artículos que dediqué a ese edificio que pilla a desmano y que no creo que veamos en este viaje os los enlazo también aquí:




En la avenida Blasco Ibáñez donde os dije que se habían construido los primeros grandes edificios universitarios está la Facultad de Medicina, edificio que también “restauraron” recientemente y que no recibió precisamente muchos elogios por mi parte: http://cascotesychascarrillos.blogspot.com.es/2010/03/133-facultad-de-medicina-valencia.html

  

Si habéis llegado hasta aquí es que sois muy buenos alumnos. Así que mis felicitaciones y buen viaje.
Ya solo os falta ser puntuales (como muestra de respeto hacia vuestros compañeros), ver, dibujar mucho, fotografiar menos y… pensar y pensar. 

Logroño, 5 de febrero del 2015
juandiezdelcorral


(material de la conferencia previa al viaje de estudios 2015 a la Feria de Valencia (CEVISAMA, HABITAT Y MADERALIA) de los alumnos de Interiores de la Escuela de Diseño Superior de La Rioja) (sobre los viajes de estudios valga también lo dicho en la entrada titulada: LA ASIGNATURA VIAJAR