viernes, 30 de marzo de 2012

32. MINIMOS


La mayor parte de las viviendas modernas que conocemos, viviendas de protección oficial o viviendas-producto de la especulación del suelo y el mercado inmobiliario, están proyectadas desde la  prioridad o desde el punto de vista de las “dimensiones mínimas” de los espacios habitables. Una dimensiones mínimas que están reguladas por unas leyes llamadas “normativas de habitabilidad” que han ido creando todos los gobiernos durante el siglo XX para evitar que los promotores las hicieran aún más pequeñas de lo admisible. 

Transferidas las competencias del Estado a las Comunidad Autónomas en materia de habitabilidad, la normativa regional la podéis encontrar en este link:
Ley 2/2007, de 1 de marzo, y las condiciones mínimas en este reglamento: Decreto 51/2002, de 4 de octubre, del que especialmente os interesa leer el Anexo, del Apartado 5 al 27.

Durante el siglo pasado se han editado muchos libros y manuales de medidas mínimas o de soluciones espaciales tipicas con medidas mínimas, de entre los que cabe destacar el NEUFERT, Arte de Proyectar en Arquitectura, libro que está en la Biblioteca de la Escuela y del que se podían obtener copias piratas en Internet hasta no hace mucho (por ejemplo, en http://www.todotegusta.com/2009/07/neufert-arte-de-proyectar-en-arquitectura/ Imagino que con el cierre de Megaupload y la caída en cadena de los demás servidores de alojamiento, ahora no será tan fácil conseguirlo.

De todos modos, el Neufert tiene tantas medidas y soluciones tipo que a veces se hace difícil encontrar la que buscamos. Os pongo aquí un par de páginas para que os hagáis una idea:



31. NEGOCIACION


Suena a política o a sindicatos pero en realidad es una actitud y una disposición a la modestia que tiene mucho que ver con la actividad de proyectar. 

Los artistas queremos ser perfectos, cargarnos de razón, hacer maravillas, tocar el cielo…, pero eso ocurre raras veces en la vida y las más de ellas, por suerte. Lo humano es negociar, reconocer que el otro también tiene su punto de vista, sus razones.

Pues bien, en los proyectos se está negociando continuamente: entre la forma y la función, entre el salón y la cocina, entre el hall y los baños o entre unos dormitorios y otros, entre tener ventana o tocar pasillo. Cuando unos ganan unos centímetros cuadrados los otros pierden. El resultado tiene más que ver con un logro de equilibrio entre zonas y valores que con el deseo de hacer algo “artístico”.

De ahí que os exhorte a trabajar duro, a negociar mucho, a darle mil vueltas a cada planta, porque de lo que se trata es de lograr “un equilibrio entre las partes, y no una obra de arte” (y para que lo recordéis, os lo he puesto también en pareado).

Y para que se os quede también en la memoria os he puesto de ilustración la portada de uno de los mejores discos de la historia de la música contemporánea: WISH YOU WERE HERE, de Pink Floyd. Si no lo habéis oído, ya lo estáis buscando o me lo pedís, que un buen diseñador tiene que beber siempre buena música.



30. MALLAS



No confundir con las medias tupidas que nos ponemos para hacer deporte, no tener frío o estar más sexy. Las mallas en nuestro oficio son esas cuadrículas que a veces usamos para ayudarnos a proyectar porque nos quitan el miedo al papel en blanco y nos dan una buena referencia de las medidas.

Aquí tenéis por ejemplo a una compañera ayudándose a proyectar con una malla:


Pero el problema de las mallas es que se conviertan en “modulos” porque entonces nos salen proyectos muy rígidos. Como vemos en el dibujo, Nerea ha usado una malla de 1 metro y todo en la casa (excepto un ligero desplazamiento de tabiques en el hall) es múltiplo de un metro, lo que no augura nada bueno.

Las mallas sirven para orientarse al principio pero si se siguen mucho, se acaba siendo esclavo de ellas y anquilosando el proyecto. La mejor manera de que no nos condicionen mucho es dibujándolas débilmente, que casi no se vean.

miércoles, 28 de marzo de 2012

29. EL SANCTA SANCTORUM



Confío en que a la vista de la planta de este templo sepáis decir sin ningún género de duda cuál es el sancta sanctorum del mismo, es decir, el lugar al que únicamente entra el faraón, el rey-dios: la habitación más recóndita y sagrada de todo el recinto.

¿Cabe también pensar que el dueño de la casa es su faraón y que querrá tener un lugar especial, un lugar recóndito y sagrado para sí? 

Ya hemos hablado en alguna clase que lo más parecido al altar de una casa es la cama de matrimonio y hasta hacíamos alguna risa recordando cómo nuestros abuelos ponían como decoración sobre el cabecero de la cama un crucifijo como si aquello fuera un altar.  Sea cuales fueren las creencias de cada cual, lo cierto es que la cama tiene connotaciones de último refugio y no pocas veces se ha pensado como una casita dentro de la casa, como en esta imagen de una cama de matrimonio en China. 



O recordad las camas con dosel, tan frecuentes en los palacios de occidente.

Sin embargo, cada vez más, las casas son también lugar de trabajo intelectual, de estudio, lectura y reflexión. Recordemos que el sancta sanctorum del rey Felipe II era el retrete, es decir una habitación de retiro sólo para él, el sueño de toda persona que quiera que nadie le moleste en casa cuando está estudiando, leyendo o pensando. Las antiguas Bibliotecas eran utilizadas muchas veces más como lugar de relación o despacho de la casa, por lo que se ubicaban más bien cerca de la puerta que no en el lugar más recóndito. Pero las voluminosas estanterías de los libros han dado paso ya a los ordenadores, que no precisan más que de una mesa y una silla pero… estratégicamente colocadas.

¿Altar para el amor y el descanso, o mesa del sacrificio intelectual, del estudio? Supongo que si hacemos una encuesta ganará la primera y que algunos dirán que ninguna de las dos, que prefieren el antiguo fuego bajo o que el verdadero altar de la casa moderna ante el que se reúne toda la familia como si fuera una misa, es la televisión. No hay un solo modelo, pero sí un tema a pensar. Un tema por el que preguntarse. 



28. SOBRE EL RETRETE



La palabra retrete tiene un origen curioso. Según tengo entendido era la habitación más “retirada” y oculta del rey Felipe II en El Escoria,l y de ahí el nombre. Era como un gabinete al que se retiraba a pensar, a estar solo. Una especie de cabaña dentro del palacio. En algún momento, no se sabe cuando, ese gabinete debió de cambiar de función (o unir la del retiro personal con la de las funciones de evacuación) y ahora solo se le conoce por la segunda.

En España es tradición meter en la misma habitación todas las funciones sanitarias, lavarse, bañarse, o hacer las necesidades, pero en Francia, sin ir más lejos, el inodoro está casi siempre aislado de lo demás, en un pequeño cuartito para él solo. Está bien, porque no se mezclan las limpiezas de uno con los malos olores.

Antiguamente los lavabos estaban en los mismos dormitorios y eran muebles semejantes a los tocadores. En algunas de las primeras casas de la modernidad todavía hay quien pone los lavabos en los dormitorios. Incluso en La Villa Saboya, Le Corbusier pone un lavabo en el hall del piso de abajo, como para limpiarse las manos al entrar a la casa.


 
Últimamente las bañeras han dado paso a los jacuzzis, y las duchas se diseñan independientemente de las bañeras. La consideración del baño como actividad placentera encaja mal con el tipo de habitaciones sin luz natural en las que, por costumbre, seguimos metiendo bañeras y jacuzzis.

El bidé es un aparato en retroceso y yo no acabo de entender la razón. De acuerdo, fue un invento francés ligado a la limpieza de los “bajos” de las prostitutas, pero parece lógico que  en el siglo de la higiene corporal sea igualmente importante limpiarse todo el mundo los “bajos” cada vez que se usan (y huelga decir que se usan mucho más para las necesidades corporales que para el sexo). Los nórdicos asocian una especie de ducha al inodoro pero no parece ser una solución muy cómoda. Suele salpicar.

Todas las novedades en la nueva disposición de los elementos de aseo personal, retrete, baño, relajación, etc. serán bienvenidas.. Hay mucha pereza en pensar las cosas de otro modo.

Y puestos a recordar lo del origen del retrete de verdad, también podríamos volver a pensar en esa pieza de “retiro” si queremos que nuestra casa sea… ¡como un palacio!

27. ¡MALDITOS PILARES!


Es lo que dicen los malos decoradores cuando abren la puerta y los ven. Los pobres, no saben qué hacer con ellos. Han olvidado que las columnas fueron el signo de la arquitectura y no se han preocupado por pensar cuál puede ser su posición en la configuración de un espacio. Por eso, la mayor parte de las veces tienden a ocultarlos, a esconderlos entre tabiques o en armarios.


Pero como los tabiques modernos son tan delgados, los pilares suelen seguir ahí, en los rincones entre tabiques o a mitad de pared, molestando como si fueran granos.

Fijaros bien que lo único que veis en el interior de ese gran espacio de 120 m2 son dos pilares y recordad que en la asignatura de Composición ya hicisteis un ejercicio de “decoración” de un pilar. Igual os sirve para algo. Por lo menos, para no decir: ¡malditos pilares!

26. LUGAR VENTANA



Seguramente se os hará raro el título de esta nota teórica porque desde que las paredes exteriores tienen como mucho 30 cms de espesor, y que poco o nada hay que mirar por las ventanas en las feas ciudades de nuestros días, las ventanas son poco menos que agujeros en la pared para la luz y la ventilación.

 

Así que, quien consiga hacer de la ventana un lugar, no será un decorador vulgar (mirad, hasta me ha salido en pareado para que lo recordéis para siempre).

Os lo puedo asegurar: los espacios más maravillosos que jamás encontraremos en el interiorismo son aquellos en los que alguien ha conseguido remansar la luz de la ventana en un pequeño espacio interior colocando junto a él algún tipo de banco o asiento en el que pararse a leer, conversar o contemplar.  

25. EL GRAN PROBLEMA DEL SALON COMEDOR Y ESTAR



Todas las casas suelen tener un “gran espacio” reservado para la vida del grupo que la habita, algo así como la “plaza” de la familia. Pero es precisamente el gran tamaño de ese espacio lo que suele provocar los mayores problemas de diseño de la casa porque no sabemos cómo organizarlo con el único recurso de los muebles.

Para solucionar ese problema otro consejo sabio es acudir al patrón “gabinetes”. ¿Qué es un gabinete? Pues algo así como una habitación o un espacio más pequeño y adaptado a un uso concreto (comedor, lectura, costura, conversación, ver la tele, etc), abierto a la gran plaza de la casa.

Este sería el bosquejo de la idea:


 
Y aquí el ejemplo de la relación de un acogedor comedor con el resto de los espacios centrales de la casa:




24. TRANSICION ENTRE HABITACIONES



Con el adelgazamiento de las paredes hasta esos tabiques de papel de 7 cms de anchura, el paso de unas habitaciones a otras se ha convertido también en poco más que una línea. Cuando las casas tenían muros gruesos, el paso tenía la gracia de un lugar de transición y de separación y en las habitaciones había una mayor sensación de aislamiento y privacidad.

Un buen consejo para separar habitaciones con algo más que una línea y darles sensación de refugio es meter armarios empotrados entre ellas. Este es el boceto de la idea:





martes, 27 de marzo de 2012

23. MESA EN EL CENTRO DE LA COCINA



¿Queréis hacer una cocina maravillosa y que sea un centro de vida y participación?

 Pues más sencillo imposible: poned una mesa en el centro. 


Las cocinas antiguas, las cocinas de pueblo tenían ese “patrón”, pero también ha sido olvidado colocando barras a media altura que ni son mesas ni son barras, o  haciendo las cocinas tan estrechas que no permiten colocar una mesa en la que poder sentarse todos alrededor, o creando espacios vacíos y desperdiciados (espacios de baile que sarcásticamente llamo yo). Y ya no sabemos cómo devolver la vida a la cocina.

Cuando la mesa está en el centro de la cocina todos participan de su servicio: el que está más cerca de la cocina trae el plato, el que está más cerca del frigorífico alcanza las bebidas, el que está más cerca del armario de los cubiertos es el encargado de suministrarlos, el que da la espalda a la fregadera será el encargado de retirar los platos.

Intenta que en tu cocina quepa una mesa en el centro. Pensando que una mesa para cuatro tiene 70 u 80 cms de ancho, que las bancadas de las encimeras y aparatos serían una a cada lado de 60 cms de ancho, y que el espacio mínimo entre la mesa y la bancada lateral  está entre 60 y 70 cms. eso nos debe llevar a cocinas de una anchura mínima de 3,20 o 3,30 mts.

22. EL ESPACIO DE ENTRADA



Al entrar a una casa o al salir de ella, no sólo cruzamos una línea sino que damos sentido a un espacio, a un lugar de transición, a un pórtico o “portada” de la casa.

En los pisos mínimos y funcionales de nuestros días ese espacio simbólico ha ido perdiendo importancia y casi nos olvidamos de él, de modo que ya va siendo hora de prestarle atención y recuperarlo. Fijaros que hasta ya hemos olvidado como se llama en nuestra lengua y que tenemos que usar la palabra inglesa para designarlo: “hall”

De momento, y al nivel de este primer ejercicio, le dedicaremos especial atención solo “espacialmente”. Más adelante, el hall se cargará de simbolismo y será como la “portada” de nuestros trabajos: el anuncio de lo que viene dentro. 

Hall de la casa Winslow, Chicago. Frank Lloyd Wright, 1893.


21. DIBUJO DE ORGANIGRAMAS


Una vivienda es algo parecido a un organismo y de ahí que los primeros bocetos de su configuración se llamen “organigramas”.


Cuando se plantea diseñar la planta de una vivienda los alumnos, llevados por la prisa del resultado final, suelen empezar a bosquejar los tabiques definitivos, por lo que ya desde el primer ejercicio es conveniente animarles a hacer dibujos más abstractos u orgánicos de las diferentes zonas o espacios que van a componer su vivienda y las circulaciones entre ellas.





20. COTAS A CARA O A EJES



La edificación con pilares suele plantear una dificultad a la hora de tomar medidas por lo que hay que tener mucho cuidado con las cotas ya que a veces se toman a las caras de los pilares y otras veces, a los ejes.


En la planta del ejercicio n.1 he mezclado intencionadamente ambas formas de acotación para ver quién es meticuloso y lo hace bien y quién un chapucero y poco preciso. Los espacios a 4 metros están acotados a cara, mientras que los espacios de 5 metros están acotados de cara a eje. Lo esencial del DIBUJO TECNICO no es la calidad visual sino la exactitud, así que cuidado siempre con las acotaciones de los pilares. 




19 ¿QUE ES ANTES, EL HUEVO O LA GALLINA? ¿LA FORMA O LA FUNCION?


Cuando nos ponemos a distribuir la planta de una vivienda, la primera duda que nos asalta es si pensar antes en la forma o en la función.

Nuestra mentalidad “moderna”, forjada por la cultura del siglo XX nos lleva por lo general a ocuparnos antes de la función que de la forma, pero durante siglos, o casi se podría decir, durante toda la historia de la arquitectura, ha sido justamente al revés. 

Mirad por ejemplo la planta de esta casa pompeyana, lo poco que nos importan las funciones en ella. 


Lo importante es la claridad y belleza de los espacios, porque si los espacios aparecen bien compuestos y proporcionados, resulta que a la larga son mucho más versátiles y útiles.

Aunque la atención a la forma y a la función ha de ir en paralelo, en este primer ejercicio de diseño de una planta yo os invito a pensar más en la forma que en la función, más en las proporciones de cada habitación, las proporciones de cada habitación en relación con la puerta y las ventanas, o las proporciones de las habitaciones entre sí, que en el uso específico de cada una de ellas. 

Cuesta un poco abstraerse de las funciones domésticas a la hora de hacer la distribución de una vivienda, por eso lo mejor es hacerlo cuanto antes. En el primer ejercicio de curso.

En la jerga del diseño, a eso se le llama “autonomía de la forma”, un concepto algo arcaico y olvidado que nosotros, sin embargo, vamos a trabajar desde el principio.

Mirad esta otra planta de una casa del siglo XIX, -cuán interesante es y qué distinta a todo lo que solemos ver-, en la que sólo se dibujan las paredes y las molduras de los techos.