martes, 27 de marzo de 2012

22. EL ESPACIO DE ENTRADA



Al entrar a una casa o al salir de ella, no sólo cruzamos una línea sino que damos sentido a un espacio, a un lugar de transición, a un pórtico o “portada” de la casa.

En los pisos mínimos y funcionales de nuestros días ese espacio simbólico ha ido perdiendo importancia y casi nos olvidamos de él, de modo que ya va siendo hora de prestarle atención y recuperarlo. Fijaros que hasta ya hemos olvidado como se llama en nuestra lengua y que tenemos que usar la palabra inglesa para designarlo: “hall”

De momento, y al nivel de este primer ejercicio, le dedicaremos especial atención solo “espacialmente”. Más adelante, el hall se cargará de simbolismo y será como la “portada” de nuestros trabajos: el anuncio de lo que viene dentro. 

Hall de la casa Winslow, Chicago. Frank Lloyd Wright, 1893.