martes, 27 de marzo de 2012

19 ¿QUE ES ANTES, EL HUEVO O LA GALLINA? ¿LA FORMA O LA FUNCION?


Cuando nos ponemos a distribuir la planta de una vivienda, la primera duda que nos asalta es si pensar antes en la forma o en la función.

Nuestra mentalidad “moderna”, forjada por la cultura del siglo XX nos lleva por lo general a ocuparnos antes de la función que de la forma, pero durante siglos, o casi se podría decir, durante toda la historia de la arquitectura, ha sido justamente al revés. 

Mirad por ejemplo la planta de esta casa pompeyana, lo poco que nos importan las funciones en ella. 


Lo importante es la claridad y belleza de los espacios, porque si los espacios aparecen bien compuestos y proporcionados, resulta que a la larga son mucho más versátiles y útiles.

Aunque la atención a la forma y a la función ha de ir en paralelo, en este primer ejercicio de diseño de una planta yo os invito a pensar más en la forma que en la función, más en las proporciones de cada habitación, las proporciones de cada habitación en relación con la puerta y las ventanas, o las proporciones de las habitaciones entre sí, que en el uso específico de cada una de ellas. 

Cuesta un poco abstraerse de las funciones domésticas a la hora de hacer la distribución de una vivienda, por eso lo mejor es hacerlo cuanto antes. En el primer ejercicio de curso.

En la jerga del diseño, a eso se le llama “autonomía de la forma”, un concepto algo arcaico y olvidado que nosotros, sin embargo, vamos a trabajar desde el principio.

Mirad esta otra planta de una casa del siglo XIX, -cuán interesante es y qué distinta a todo lo que solemos ver-, en la que sólo se dibujan las paredes y las molduras de los techos.