miércoles, 28 de marzo de 2012

28. SOBRE EL RETRETE



La palabra retrete tiene un origen curioso. Según tengo entendido era la habitación más “retirada” y oculta del rey Felipe II en El Escoria,l y de ahí el nombre. Era como un gabinete al que se retiraba a pensar, a estar solo. Una especie de cabaña dentro del palacio. En algún momento, no se sabe cuando, ese gabinete debió de cambiar de función (o unir la del retiro personal con la de las funciones de evacuación) y ahora solo se le conoce por la segunda.

En España es tradición meter en la misma habitación todas las funciones sanitarias, lavarse, bañarse, o hacer las necesidades, pero en Francia, sin ir más lejos, el inodoro está casi siempre aislado de lo demás, en un pequeño cuartito para él solo. Está bien, porque no se mezclan las limpiezas de uno con los malos olores.

Antiguamente los lavabos estaban en los mismos dormitorios y eran muebles semejantes a los tocadores. En algunas de las primeras casas de la modernidad todavía hay quien pone los lavabos en los dormitorios. Incluso en La Villa Saboya, Le Corbusier pone un lavabo en el hall del piso de abajo, como para limpiarse las manos al entrar a la casa.


 
Últimamente las bañeras han dado paso a los jacuzzis, y las duchas se diseñan independientemente de las bañeras. La consideración del baño como actividad placentera encaja mal con el tipo de habitaciones sin luz natural en las que, por costumbre, seguimos metiendo bañeras y jacuzzis.

El bidé es un aparato en retroceso y yo no acabo de entender la razón. De acuerdo, fue un invento francés ligado a la limpieza de los “bajos” de las prostitutas, pero parece lógico que  en el siglo de la higiene corporal sea igualmente importante limpiarse todo el mundo los “bajos” cada vez que se usan (y huelga decir que se usan mucho más para las necesidades corporales que para el sexo). Los nórdicos asocian una especie de ducha al inodoro pero no parece ser una solución muy cómoda. Suele salpicar.

Todas las novedades en la nueva disposición de los elementos de aseo personal, retrete, baño, relajación, etc. serán bienvenidas.. Hay mucha pereza en pensar las cosas de otro modo.

Y puestos a recordar lo del origen del retrete de verdad, también podríamos volver a pensar en esa pieza de “retiro” si queremos que nuestra casa sea… ¡como un palacio!