miércoles, 27 de marzo de 2013

83. LAS MUCHAS LECCIONES DE ROMA



Tiene tantas cosas el diseñador de interiores para aprender en Roma, que si queremos que esto sea una "pequeña lección" no hay otro modo que ser telegráfico. Roma expresa el colosalismo de su imperio en forma de grandes y gruesos muros, con lo que frente al arte escultórico griego de la columna, Roma nos enseña el arte del aparejo de los muros y lo difunde en ese lenguaje universal que fue el latín:


Quizás venga a cuento recordar aquí aquella famosa frase de Adolf Loos: "un arquitecto no es sino un albañil que sabe latín..."

Pero en esos muros tan gruesos de sus basílicas o termas encontramos otra feliz y pragmática invención técnica: la de la combinación de dos diferentes opus: el cementicium en el interior, y el testaceum, como encofrado perdido de sus caras exteriores:


Claro que, para un romano que ha visto las maravillas de la arquitectura escultórica griega, esa cara de ladrillo de la pared no puede ser suficiente, así que la siguiente aportación romana al diseño de sus muros será la del REVESTIMIENTO:

 En Roma, podríamos decir, nace la decoración, ha nacido nuestro oficio, lo mismo para una pared, que para una columna que para un suelo:


Aún más: la transformación de todo el lenguaje arquitectónico-escultórico de Grecia en un grandioso aparato decorativo lo podemos aún ver en la fachada exterior del Coliseum:


Pero no nos podemos detener a describirlo y comentarlo porque aún nos quedan muchas cosas que agradecer a Roma, como ese increíble edificio que fusiona la visión circular del mundo que vimos en Stonehenge con el eje lineal de composición egipcio expresado por el fragmento de templo griego de la entrada:


Un fusión que no es bidimensional o en planta, sino tridimensinal, y que debe verse en sección: la circunferencia es ahora esfera, el círculo PLANO se transforma en ESPACIO:


Y por si fuera poco, ese eje que nace en el pórtico adosado...


... al llegar al centro de la esfera gira 90 grados y se dirige al cielo a través del gran óculo cenital:


Ahora bien, si el Panteón o  casa de los dioses es única y por lo tanto circular, las casas de los hombres hace tiempo que eran ortogonales, aditivas, sociales. La erupción del Vesubio enterró completamente una ciudad romana, Pompeya, que para el diseñador de interiores es otro gran libro de arquitectura y decoración.



La gran casa pompeyana, organizada en torno a los patios interiores pero ahora de formas ortogonales -para respetar la economía de espacios de la ciudad y su organización en calles rectas-, es un tema de obligado de estudio no sólo por sus plantas y sus proporciones, sino porque en ella aparece un tercer nivel decorativo al que el diseñador de interiores debe rendir especial veneración: el de la pintura de las paredes.


Como se decía en los telegramas: STOP. No busquemos más temas, que ya vale. Pero profundizad en ellos, pues en tanto que vienen de Roma, son "eternos".