jueves, 7 de marzo de 2013

78. EGIPTO



Para el egipcio el universo no es circular, como en la campiña inglesa, sino lineal. Una larguísima (¿infinita?) banda de agua, que es como la vida, dos bandas de tierra muy fértil a sus costados y dos muros severos a cada lado por donde cada día sale el sol en uno, y se esconde por el otro.

Antes de que se regulase el caudal de sus aguas con las presas de Asuán (la primera a comienzos de siglo XX y la segunda a mediados, o sea, hace cuatro segundos en relación a la antigüedad egipcia) el Nilo se desbordaba cada año para fertilizar la banda verde de sus costados, con lo que también se llevaba por delante los lindes de sus fincas.



Las palmeras debieron de jugar un papel fundamental como mojones o hitos con los que devolver la geometría al parcelario. Uso unas fotos que desde hace años tomé del Spiro Kostoff. Y aunque lo que escribo es mero recuerdo, supongo que la fuente es la misma, aunque pasada luego por un viaje a Egipto en el 2005.

Antes de ese viaje, también fotografié para mis clases una ilustración de un libro-cómic inglés, "Como se hace una pirámide" creo que se titulaba, en la que se representaba imaginariamente un poblado egipcio:


Es una imagen muy bonita porque en ella las palmeras adquieren la espontaneidad del bosquecillo del oasis que da sombra, mientras que la geometría ortogonal de las pequeñas paredes de las casas se refugia bajo ellas.

En la gran arquitectura egipcia de los templos, los bosquecillos de columnas se suceden de uno a otro lado del eje o línea recta con que se concibe, igual que en el universo del río, igual que en la vida:






Los graneros se disponen a sus costados con la misma radicalidad geométrica que las fincas de las riberas. Y al exterior, un duro muro ciego cierra el templo como si más allá de esa pequeña banda lineal de vida no hubiera nada.


Somos tan herederos de la concepción egipcia del mundo, de la vida, de la propiedad o de la arquitectura, que tampoco en la "moderna" ciudad de El Cairo (ni en las nuestras, ni en nosotros quizás), nada ni nadie mira hacia a los costados.


El río lleva hoy otros viajeros, y entre los barcos de la industria del turismo y las nuevas columnas de la industria tradicional que enmarcan la vieja franja de la vida egipcia, no estoy muy seguro de que se pueda ver  en los antiguos templos egipcios algo de lo que digo arriba.


Tampoco creo que en una Pequeña Lección de Diseño sea oportuno contar mucho más.