El llamado "ladrillo hueco sencillo" (LHS para los amigos) ha sido una de las piezas fundamentales en la construcción de los tabiques de las viviendas. Ver levantar una pared de entre dos a tres metros de altura y cuatro a cinco metros de larga con sus 4 cms de espesor era una experiencia de vértigo semejante al "más difícil todavía" del circo.
Pero al margen de la habilidad de los albañiles para su construcción, la gente siempre se quejó de que los tabiques construídos con este ladrillo eran como "papel de fumar", y que entre una y otra habitación separada por un tabique de estos se podía oír todo. Además de esa pega acústica tuvo que soportar el problema de querer empotrar las instalaciones de electricidad, fontanería o calefacción por dentro de la tabiquería. Entre que los habilidosos albañiles van desapareciendo y los tabiques hechos con ladrillo hueco sencillo se iban debilitando (o rompiendo, que en la jerga de la albañilería se decía "degollando") cada vez que se hacía una roza para empotrar una instalación, el "machetón" (un ladrillo hueco doble venido a menos) o los tabiques integrales de yeso, han ido sustituyendo a los tabiques de ladrillos hueco sencillo, y el LHS parece haber entrado en regresión.
De todos modos, y como el parque de viviendas construidas con tabiques de ladrillo hueco sencillo es inmenso y en muchas de las obras de interiorismo que hagamos nos vamos a topar con él, es bueno tenerlo en cuenta y recordar que esos cuatro centímetros de espesor más 1,5 cm de revoco o guarnecido por cada lado, dan un tabique de 7 cms, es decir, la dimensión estandar de los marcos de las puertas de las habitaciones.