En las Facultades de Medicina no se enseña como estropear la letra de uno y sin embargo, todos los médicos acaban con una letra que no la entienden ni ellos mismos. En las Escuelas de Arquitectura no se enseña nada sobre letras y sin
embargo, casi todos los arquitectos escriben de una manera determinada y
clara, al menos cuando lo hacen en mayúsculas. Dicen que lo de los médicos es de coger apuntes muy rápidamente. No sé. Lo de los arquitectos parece que viene de la necesidad de rotular sus croquis, unos dibujos mayormente ortogonales y de línea clara. O venía, porque según mis últimas noticias los arquitectos jóvenes, más aficionados ahora al ordenador que a los croquis, están perdiendo su tradicional "buena letra".
En primer curso de la especialidad de Diseño de Interiores de la Escuela de La Rioja había suprimido yo los ejercicios de rotulación, caligrafía y tipografía porque los daba por asunto del bachillerato artístico. Simplemente aconsejaba que fueran poniendo atención a la buena letra. Pero el año pasado, dando Proyectos a los alumnos de tercer curso me llevé una decepción enorme: rotulaban mal y escribían peor que alumnos de secundaria. Por eso en mi vuelta al primer curso hemos empezado este primer cuatrimestre obligando a los alumnos a trabajar su letra, a trabajar las letras. Volviendo a la caligrafía itálica, el último gran tipo de escritura manual, y a ejercitarla con cierta libertad y personalidad dentro de las pautas, inclinación y enlace de las letras.
Les he animado a practicar la caligrafía históricamente anterior, la gótica, por la calidad que da la plumilla plana o por la mezcla entre elementos gestuales y orden geométrico.
Hemos hecho, cómo no, rotulación de palo seco, esa que tanto se usa en los croquis de arquitectura, y con cuya imagen he abierto esta entrada. Y les he propuesto también que se ejerciten en una rotulación algo más libre o expresiva (para personalizar un poco sus dibujos, carpetas o presentaciones) sin romper del todo el orden geométrico de este tipo de escritura.
Finalmente hemos acabado el trabajo estudiando las tipografías más conocidas y haciendo un poco de análisis de de sus rasgos.
No vamos a esperar a los ejercicios de croquización para que vayan adquiriendo buena letra y para que sean conscientes del valor plástico y decorativo de las letras.Un buen diseñador, sea de lo que sea, tiene que tener, cuando menos, letra de arquitecto. En todo caso no estaría de más prestar más atención a la letra de los alumnos en el mismo examen de ingreso: un alumno con buena letra es un alumno con vocación de diseñador.
(Todas las ilustraciones son ejercicios de los alumnos de primero de diseño de interiores del curso 2013-2014)