viernes, 19 de abril de 2013

85. LA GRAN LECCION DE CHUECA GOITIA



Los estudiosos de historia de la arquitectura han sido bastante injustos con Fernando Chueca Goitia. En mi opinión, no le han puesto en el sitio que se merece, pues un año antes que Bruno Zevi hizo una interpretación espacial de la arquitectura española y latino americana más incisiva incluso que la del italiano. Lo malo es que la publicó con un título complejo y folklórico que no le debió de granjear grandes simpatías: INVARIANTES CASTIZOS DE LA ARQUITECTURA ESPAÑOLA. Y es que lo de mencionar el "casticismo" en los años de Franco no estaba muy bien visto. Ni aún ahora.

La suya es una gran lección, tan grande que, por supuesto, no cabe aquí; pero vaya cuando menos una mención. Chueca descubrió que en paralelo con esa evolución del espacio romano y cristiano, había otro mundo espacial en el que siempre se prefería los espacios compartimentados, los espacios yuxtapuestos mediante ejes quebrados cortados por diafragmas, un concepción que venía de la tradición oriental y al que de una manera un poco pedante llamó espacialidad "cuántica". Y cómo no, usó la planta de la Alhambra de Granada como arquetipo de ese tipo de arquitectura.


Los movimientos entre unos y otros patios parecían obedecer a una intención de discontinuidad:


Los diafragmas decorativos que los separan parece como que intentan proteger la autonomía de cada uno de ellos:


Y los efectos ilusorios de mezcla entre texturas y celosías parecen incluso diluir la autonomía de cada espacio y crear una especie de magia de espejos entre unos y otros.


Los detractores "modernos" del Alhambra suelen decir que no se trata más que de sencillas construcciones populares sobredecoradas. Y seguramente tienen razón en el análisis pero no en la valoración. Aparte de esa interpretación del espacio oriental diferente al cristiano, Chueca pone de relieve la gran importancia que tiene la decoración para conseguir esos efectos "cuánticos".


Amén de que al crear una teoría del espacio fragmentado, pudimos entender al fin por qué en España se rompía una y otra vez el gran espacio cristiano de sus catedrales mediante presbiterios cerrados, coros en medio de la nave y profusión de capillas de todo tipo.


¿No os habéis nunca sorprendido al entrar al Pilar de Zaragoza y no encontrar ese gran espacio interior que prometía?


Bueno, pues aquí tenéis el por qué. En Los Invariantes Castizos de la Arquitectura Española. Un libro que no debe faltar en vuestra selecta biblioteca de decoradores.