miércoles, 23 de marzo de 2016

128. IDEA, MODULACIÓN, RELACIÓN



Ya tocaba en los Proyectos Básicos del primer curso de Diseño de Interiores de este año 2016 ponerse a decorar, y tocaba por tanto sacar del cajón la pequeña lección 113. Y como casi siempre que repites una lección, te das cuenta de que falta algo. En efecto, el asunto de la RELACION entre los elementos decorativos me parece tan importante como los ya tratados de la IDEA y la MODULACION, así que vamos a ver si consigo explicar brevemente de qué va.

Dando la vuelta al calcetín lo primero que les pido a mis alumnos de decoración es que "no jueguen a casas de muñecas". Y que conste que no está nada mal empezar a decorar como quien juega. Pero hay que exigirse algo más.

En primer lugar (repetimos) que la decoración tenga IDEA, o sea, alma,  que no sea un compendio de meros caprichos yuxtapuestos. El asunto de la "idea" es lo más difícil de explicar y no pocas veces hay que recurrir a metáforas: ¿cuándo sabes que hay feeling, o magia, o amor, en una canción, en una mirada, en un cuadro? Pues lo mismo en una decoración. Cuando hay un soplo divino detrás. Cuando hay corazón. Buscar ese aliento no es nada fácil pero todo creador tiene que tenerlo presente.

La MODULACION de los paramentos es asunto algo más sencillo aunque no se arregla, ni mucho menos, recurriendo a poner en las paredes las famosas mallas de las plantas (lección 30). No se trata de modular cada pared o cada suelo, sino entender que entre el tamaño de un espacio y la escala humana, las divisiones rítmicas o en partes iguales de ciertos paramentos ayudan no poco a humanizar el espacio. A decorarlo.

El concepto de RELACION entre los elementos decorativos de un espacio tiene más que ver con el principio de la UNIDAD DE COMPOSICION de la que hablamos en la Pequeña Lección nº 6. Todo el mundo sabe que hay que dar cierta unidad al poutpourrí de muebles, colores, materiales, lámparas, tejidos o complementos que metemos en un espacio, y lo más socorrido suele ser la repetición de materiales o colores en unas piezas u otras, la similitud de estilos o de carácter. Pero lo que poca gente practica, (y por tanto, lo que yo aconsejo) es la "relación geométrica" entre las distintas piezas. De entrada, la puerta y la ventana de un espacio, ya suelen ser elementos decorativos con poca o nula conexión: rara vez, por ejemplo, coinciden la altura de los dinteles. Es por ello que cuando entramos en una habitación en la que la altura de la puerta y las ventanas coinciden, ya notamos una cierta serenidad, una cierta unidad decorativa. O cuando las alfombras encajan con las líneas de un armario, cuando la anchura de una cama o su eje tiene su correlato en la anchura o el eje en que está puesto un tocador, la relación de unas mesillas con las sillas, y así sucesivamente. Llenar de líneas un espacio tratando de relacionar unas piezas con otras (líneas que obviamente luego borraremos) es una de las técnicas más importantes para dar unidad a ese poutporrí de elementos decorativos más o menos escogidos por capricho o necesidad. Si lo practicáis en vuesto primer ejercicio de decoración, aunque sea mínimamente, es posible que vuestros ejercicios crezcan, desde un principio, como un todo.

Y no como un juego de casa de muñecas.