¿Para qué pasarse horas dibujando si con el click de una cámara de fotos podemos capturar la realidad en una fracción de segundo? ¿Es la cámara de fotos la herramienta que mejor ejemplifica el carácter del deseo de lo inmediato? ¿No se basa el arte de proyectar justamente en la idea de lo no inmediato? ¿Pues sabes qué...? Que vamos a hacer el ejercicio de usar la cámara de fotos como herramienta de contemplación, de dilatación del tiempo, de espera, de observación, de composición. No es nada fácil. porque estamos más que acostumbrados a usar la cámara de fotos para registrar y documentar la realidad. Pero si conseguimos usar la cámara de fotos precisamente con la misma actitud de paciencia y constancia que se requiere para diseñar cualquier cosa, habremos hecho un ejercicio de gran valor pedagógico en materia de proyectos.
En la lección 67 ya detectábamos la falta de contemplación de los alumnos para con el lugar donde deben hacer sus proyectos y planteábamos que dibujar para un proyectista no es otra cosa que "levantar el acta de la contemplación de algo que nos puede interesar para nuestro proyecto". Algunas veces, sin embargo, también vemos fotos en que se nota que el fotógrafo ha hecho algo más que un afortunado click. Pues bien, ese era el objetivo que queríamos logar con este ejercicio. Que se notara la no inmediatez.
Y si por otro lado, el ejercicio pudiera servir también para pensar en las posibilidades decorativas de la fotografía, habríamos matado dos pájaros de un tiro.
La fotografía que abre esta entrada es de Elena Gónzález, quien también presentó esta otra imagen urbana en formato cuadrado:
Theresia Hug extrajo de los reflejos de árboles sobre el río unas formas que calificó como monstruos del otoño:
En la misma línea de búsqueda de la abstracción desde la cámara de fotos trabajó Marta Fernández:
De Mónica Comunión es esta textura otoñal:
A veces es la propia escena real la que se nos ofrece como una madurada pintura. Es el caso de la foto tomada por Miriam Jiménez en Marraquesh (a donde se fue durante la semana de la Project Week):
Aunque para pintar cuadros con la cámara de fotos no hay que irse tan lejos. Paulina Ignacok lo hizo en las afueras de Logroño:
Y puesto que el cielo parece ser el tema preferido de contemplación, Agnes Kuss lo dramatizó al límite al enmarcarlo en el tubo de un patio urbano y al quitarle el color:
Javier Fernández Arribas buscó nuevas perspectivas de la realidad en los reflejos de los cristales y en los encuadres que nos ofrecen los huecos arquitectónicos:
Y finalmente, Joanna Pach, haciendo uso de la profundidad de campo buscó y trató de aislar lugares inverosímiles de nuestra propia ciudad:
Hubo muchas más fotos, pero como solemos decir, no caben en el reducido formato de un blog y se quedan como material de archivo y de trabajo de la clase y de la Escuela.