lunes, 1 de julio de 2013

96. APRENDER A DIBUJAR CON EL LADO DERECHO DEL CEREBRO



Ya se ha acabado el curso y no hay más lecciones que dar aquí, pero hay que hacer balance de lo hecho y preparar el siguiente. Uno de los trabajos más interesantes de los profesores, pero más ocultos, son las "memorias anuales" de cada asignatura. Suelen estar tan ocultos que no los lee nadie, y ello hace que los profesores se los tomen como un simple trámite burocrático y pongan en ellos el menor interés. Pero contar las propuestas de ejercicios que se han puesto en un curso de diseño, y hacer balance de los resultados, es un trabajo tan creativo y susceptible de crítica como los propios trabajos de diseño.

No es objeto de este blog poner mis "memorias pedagógicas" aquí, pero como yo he dado casi siempre primer curso de diseño y este año he dado tercero, a modo de resumen diré que me he llevado una gran sorpresa (y una sorpresa muy desfavorable), al comprobar que de lo que yo les había enseñado de proyectos en primero a estos mismos alumnos, no recordaban apenas nada, y que de cara a enfrentarse a los proyectos casi estaban más cortados que cuando entraron en la Escuela. ¿Cómo es posible eso? ¿Les ha pasado algo raro en segundo? Pues no, no creo que sea un problema de segundo curso, porque los mismos problemas que detectan los profesores de segundo son los que yo he visto (pero agrandados y agravados) a los alumnos de tercero. Los alumnos no arrancan a diseñar porque no saben dibujar.

Durante estos años, los profesores de proyectos hemos estado mirando con desconfianza a los de "dibujo artístico" de primero, pero cuando éstos nos enseñaban los trabajos de sus alumnos veíamos que no eran malos, que los alumnos parece que sí estaban a aprendiendo a dibujar. Así que, como algo raro estaba pasando, lo lógico era ponerse a trabajar conjuntamente, y en mi caso y como profesor de proyectos, estudiar a fondo, entre otras muchas cosas, uno de esos libros que los profesores de dibujo artístico más aprecian y utilizan: el de la norteamericana Betty Edwards, APRENDER A DIBUJAR CON EL LADO DERECHO DEL CEREBRO, -todo un clásico desde que apareció en 1979.


Y no es de extrañar que los profesores de dibujo artístico adoren ese libro, porque muchos de sus argumentos son verdaderamente fascinantes. En primer lugar está el origen científico de esa extraña segunda parte del propio título del libro, pero sin necesidad de ello, también está el propio experimento de la autora de que si se les propone a unos alumnos inexpertos realizar un dibujo difícil con el modelo boca abajo, casi siempre lo hacen mejor que si se les pone el modelo boca arriba:


Es decir, que en algún momento de nuestra evolución como dibujantes, en vez de dibujar lo que vemos, nos ponemos a dibujar signos de lo que vemos, con lo que los resultados no consiguen parecerse a los modelos y los alumnos se desmoralizan y abandonan su práctica.

Pero la cuestión fundamental que a los profesores de diseño nos importa es si los dibujos de los diseñadores deben parecerse a modelos, es decir, si el dibujo así llamado "artístico" es importante o no para el ejercicio del diseño. Porque el diseñador no hace crecer su proyecto de un modelo previo que tenga ante la vista, sino del embrión de una idea.

No estoy aún en condiciones de dar una respuesta definitiva, y en principio, todo lo que el dibujo artístico contribuya a "soltar la mano" de los alumnos de diseño, ha de ser valorado positivamente. Pero si los alumnos consiguen hacer buenos dibujos artísticos y sin embargo, luego, no arrancan a diseñar porque como suelen decir ellos mismos, aún "no saben dibujar", es evidente que algo falla. Es evidente que les falta aprender a realizar un tipo de dibujo de sketch o de idea que nadie les enseña, un tipo de dibujo que por lo que he podido ver, no está en el libro de Betty Edwards. (Por poner un ejemplo, el dibujo de contornos o el dibujo de espacios negativos tan brillantemente expuestos en su método para captar una imagen, me parecen de lo más contraproducentes para entender la estructura de un objeto o la composición de un espacio).

Es pronto para sacar conclusiones pero está claro que las asignaturas de Composición y Proyectos Básicos del primer curso de los estudios de Grado en Decoración de Interiores han de dejar para los cursos superiores los contenidos propios de Proyectos y centrarse más en la pedagogía de un Dibujo para Diseñadores, que entre medio del Dibujo Artístico (o tradicional) y el Dibujo con Ordenadores (o "técnico") contribuya a crear en los alumnos unos cimientos  más sólidos que los que les hemos proporcionado hasta la fecha.

Un dibujo que seguramente deberá recuperar algunos de los contenidos de la vieja Geometría Descriptiva y  del viejo Dibujo Técnico o de croquis, materias tradicionalmente aborrecidas por los alumnos debido a la aridez con que se enseñaban, y que afortunadamente para ellos fueron barridas o absorbidas por la irrupción de las herramientas informáticas (materias que, por volver al tema del libro que nos ocupa y al título de este post, seguramente pertenezcan más al lado izquierdo del cerebro que al derecho). Pero sobre todo y teniendo en cuenta esto último, un dibujo, el del diseño, que deberá enseñar al alumno a pasar del lado derecho al izquierdo sin mayor dificultad.