miércoles, 26 de septiembre de 2012

59. EL ENCARGO


La dinámica de la enseñanza consiste en poner problemas a los alumnos para que éstos los resuelvan. Por lo general, los problemas vienen dados y apenas se cuestionan. La vida profesional, sin embargo, es muy diferente. Cada vez que llega un encargo a tu despacho te lo tienes que pensar mucho porque un encargo no es sólo un contrato temporal de trabajo. Acaso lo sea para el que te lo propone. Pero para el que lo recibe, para el diseñador, para los creadores, es mucho más. Es toda una aventura personal en la que uno se va a implicar por completo. Y por lo tanto debe aprender a pensar en ello, debe aprender a decir que no, a aceptarlos cuando ve buenas expectativas, o a rechazarlos cuando no le convencen.

El momento del encargo nos vuelve a traer a la mente la metáfora de las relaciones personales, especialmente consideradas desde el punto de vista biológico. Son las mujeres y no los hombres, las que como futuras gestadoras de los embriones, bien sea por instinto o por costumbre, aprenden a decir que NO. O las que mejor aprenden a valorar en un corto espacio de tiempo las posibilidades de ese macho, de ese futuro padre, de esa relación que en el sustrato biológico encierra un encargo: el de la perpetuación de la especie a través de su creación.

En el aprendizaje de esa capacidad de selección y decisión, parece oportuno probar con el "autoencargo". O lo que es lo mismo, con la fantasía del príncipe azul, con el encargo de nuestros sueños. Ese trabajo en el que nos gustaría implicarnos hasta las cejas, ese proyecto en el que nos vamos a dejar la piel.

Cabe preguntarse si el exagerado prestigio de los pintores frente a otro tipo de creadores viene de ahí. Desde que la pintura dejó de ser un asunto de mecenazgo o encargo, los pintores son el prototipo de creador hermafrodita, de modo que en muchas ocasiones su mérito radica más en el tipo de propuestas que se hace a sí mismo que en la forma de realizarlas. O en el acierto por realizarse un tipo de propuestas perfectamente apropiado a sus condiciones (un pintor que ande mal con el dibujo no se va poner a hacer realismo).

Así pues, en este tercer curso de diseño de interiores, en este curso abierto y experimental en el que nos hemos propuesto cortar un poco con nuestra formación tradicional y mirar hacia delante (hacia la gran aventura del Proyecto Final) el primer proyecto se ha planteado como un autoencargo: diseña en el lugar de Logroño que tú quieras, el bar de tus sueños, el bar al que te gustaría ir, el bar que te gustaría regentar. El bar que quizás tengas que... hacer para vivir, ...si no pudieras vivir del diseño (!).




viernes, 14 de septiembre de 2012

58. GRAN LECCION INAUGURAL



Los que habéis visto la película (qué digo yo, los que estuvisteis en esta memorable primera clase del curso) ya sabéis que el texto no se refiere a la decoración sino a la educación del chiquillo por el crápula del tío, pero para nosotros vale como título del tercer año de diseño de interiores: "¡Ah no, no, no y no! ¡Esto no puede seguir así!"








Es evidente que tenemos que hacer el camino al revés:









Normalmente no pongo aquí más que "pequeñas lecciones" pero cuando traigo a un invitado para dar la clase, las lecciones suelen ser muuuucho más GRANDES.

Como la que viene danto Jacques Tati (MI TIO), nada menos que desde 1958 !!!!!! (... sin que nadie le haga mucho caso).


miércoles, 12 de septiembre de 2012

57. TERCERO DE INTERIORES 2012 2013



Ya veis el salto entre el post anterior y este: de primero a tercero de Proyectos. Es decir, otra vez estoy abriendo camino, creando una programación para los nuevos estudios de grado (o "equivalentes a grado" mientras los tribunales no resuelvan el contencioso de la denominación) en diseño de interiores.

En cualquier caso, partimos de la experiencia de los años de la diplomatura en Diseño de Interiores, en que pasamos de dos cursos de proyectos a tres, y fuimos viendo que tercero era un curso bastante ambiguo o incierto porque una de dos, o se producía en él la definitiva maduración del alumno, o se caía en una rutina de pequeños proyectos en los que los alumnos se estancaban, se aburrían y hasta cogían miedo al hecho de diseñar. Y no pocas veces hemos podido ver en los subsiguientes Proyectos Finales los resultados de esta segunda vía.

De un modo casi generalizado por los programas internacionales de intercambio de alumnos, tercero se ha convertido en el año Erasmus, es decir, en un año de apertura de experiencias, de ampliación de perspectivas, de conocimiento de otros mundos y otras lenguas. Casi un tercio de los alumnos del grupo que cursó segundo el año pasado se han ido a otras escuelas europeas, y al grupo se han incorporado cuatro alumnos Erasmus provenientes de Polonia y Alemania, además de otros tres alumnos que nos llegado de otras escuelas de diseño. Es evidente que una programación basada en la continuidad de la adquisición del oficio de proyectar, y del dominio de las herramientas, no tiene mucho sentido y que tal y como se había previsto cuando se iniciaron los estudios de grado, tercero tendría que ser el curso de la creatividad, de la curiosidad, el curso en donde se recuperase la conexión con todo tipo de áreas artísticas.

Estoy seguro de que eso les va a venir muy bien a los alumnos, entre otras cosas porque a los encargados de impartir la asignatura de proyectos, todos arquitectos, se nos suele ir la mano hacia la pedagogía de la arquitectura olvidando no pocas veces que lo que tenemos que enseñar es diseño de interiores, es decir, decoración.